¿Qué es un labio y/o paladar hendido?
El labio hendido se presenta cuando se observa una fisura en el labio superior. En los Estados Unidos, uno de cada 700 bebés sufre esta afección. Al igual que en el caso del paladar hendido; esto sucede porque, durante la gestación, los dos lados del rostro no llegan a unirse correctamente. Si bien nadie sabe exactamente por qué razon se produce esa fisura, hay familias que suelen ser más susceptibles. Algunas causas probables pueden ser: desequilibrios hormonales, deficiencias nutricionales y ciertos medicamentos o drogas utilizadas durante el embarazo.
El paladar hendido se observa cuando hay una fisura directa en la parte central del paladar (o techo de la boca) y el piso de la nariz. En el embarazo, el maxilar superior del bebé no se cierra como debiera y queda una separación. El paladar hendido es una afección más grave que el labio hendido y ambas requieren de una cirugía para ser corregidas.
El niño con labio y/o paladar hendido enfrenta algunas dificultades de tipo alimentarias, respiratorias, expresivas y psicológicas. Para corregir la afección, será necesario trabajar con un equipo que cuente con cirujano plástico, cirujano maxilofacial, otorrinolaringólogo (especialista en garganta, nariz y oídos), dentista general, ortodoncista y cirujano bucal.
¿Cómo saber si mi bebé tiene labio o paladar hendido?
El médico que atendió el parto le indicará inmediatamente si su bebé tiene labio y/o paladar hendido. El labio hendido se identifica a simple vista. La hendidura del paladar varía en tamaño; en el techo de la boca, puede encontrarse desde una grieta pequeña hasta un orificio de gran tamaño. Cualquiera de ellos será visible inmediatamente después del nacimiento. Al alimentar a un bebé con paladar hendido, puede suceder que los líquidos o alimentos que ingiera se le escapen por la nariz, en ese caso se recomienda utilizar biberones especiales y tomar ciertos cuidados hasta que el niño tenga la edad suficiente como para ser operado.
¿Cómo se tratan los labios y/o paladares hendidos?
Quirúrgicamente es más sencillo cerrar un labio hendido que reparar un paladar con la misma afección. El procedimiento se realiza a los tres o cuatro meses del nacimiento y la cicatriz generalmente desaparece a medida que el niño crece.
En el caso de un paladar hendido, la cirugía se demora hasta que el niño tiene uno o dos años de edad de modo que el maxilar superior ya haya alcanzado un crecimiento normal. Cuando el daño es muy extenso, la cirugía se posterga hasta que el niño tiene entre cinco y siete años para evitar problemas estructurales. Hay algunos casos en los que la cirugía no es posible o no cierra la abertura totalmente. Por lo tanto, se confecciona un dispositivo tipo protésico, denominado obturador, y con él se cubre la abertura para permitir una alimentación normal.
La severidad del paladar hendido determinará el número de cirugías a realizar durante largos períodos de tiempo. El cirujano plástico y el maxilofacial realizan cirugías correctoras en el rostro mientras que el dentista general, el otorrinolaringólogo y el ortodoncista hacen los aparatos para corregir los defectos.
Su equipo de profesionales de la salud le proporcionarán pautas y lo alentarán en los tiempos difíciles, desde el nacimiento hasta el tratamiento. En la actualidad, los avances ocurridos en las técnicas quirúrgicas y en el desarrollo de los aparatos correctores ayudan a que el panorama para los niños que nacen con labio y/o paladar hendido sea excelente. A medida que el niño crece, casi no quedarán señales de la hendidura.