La principal diferencia entre los dientes premolares y los molares radica en su tamaño y en su forma. Mientras que los molares tienen cuatro cúspides o puntas, los premolares sólo tienen dos. Además, los molares son bastante más grandes que sus vecinos bicúspides.
Tanto los dientes premolares como los molares tienen fosas y fisuras entre sus cúspides que pueden atrapar los alimentos y las bacterias que provocan las caries, aunque los huecos de los molares son más profundos y más difíciles de mantener sin las partículas que causan las caries.
Los dientes premolares, a excepción del primer bicúspide superior, por lo general sólo tienen una raíz. El primer premolar del maxilar superior suele tener dos raíces, aunque también puede ser que solamente tenga una. Los molares, en cambio, tienen todos al menos dos raíces, y los molares superiores suelen tener tres.