Después del tratamiento, la anestesia dejará de surtir efecto poco a poco y empezará a sentir un hormigueo en la boca. Algunas personas también experimentan sensibilidad en los dientes después de una restauración dental. En la mayoría de los casos, esta sensibilidad desaparece al cabo de unos días. El dentista le puede recetar analgésicos para aliviar el dolor que pudiera presentarse después de una restauración dental. Si este es su caso, tómelo con calma y evite aplicar demasiada fuerza o presión sobre el diente tratado.
Si el dolor o la sensibilidad no desaparecen después de una semana, puede que sea necesario revisar la restauración para comprobar que no haya quedado demasiado elevada y que su mordida (oclusión) sea correcta.
Si tiene más de una restauración, por ejemplo una en un diente superior y una en uno inferior, es posible que experimente un choque galvánico, que es una pequeña descarga eléctrica en la boca. Esto puede ocurrir cuando hay dos restauraciones hechas de materiales contrastantes, como por ejemplo una amalgama dental en un diente y una restauración de oro en otro. Para evitar que esto pase, pídale a su dentista que use el mismo material para todas sus restauraciones.