Si se caen los dientes natales de su bebé, su dentista puede ofrecerle tratamientos para ayudar a proteger los dientes adultos que crecerán en su lugar. Un aparato metálico conocido como mantenedor de espacio puede ayudar a mantener libre el lugar desocupado. Los mantenedores de espacio se fijan con cemento dental a los dientes que se encuentran junto al hueco, por lo que esta opción de tratamiento tendrá que esperar hasta que le haya salido otro par de dientes de leche a su bebé.
Si los dientes permanentes de su hijo están amontonados o chuecos cuando brotan, un ortodoncista le puede ayudar a tratar el problema cuanto antes. La intervención de ortodoncia puede comenzar a una edad bastante temprana, es decir, a los seis o siete años, ya que es más fácil arreglar estos problemas cuando la mandíbula todavía está creciendo.
Los dientes natales o fetales suelen tener raíces débiles, por lo que no es de sorprenderse si se caen solos o por un golpe. Aunque esto puede llevar a problemas con los dientes adultos, su dentista infantil le puede ayudar a evitar cualquier problema futuro.