Las glándulas salivales son probablemente una de las partes más olvidadas del sistema digestivo; sin embargo, tienen un papel de suma importancia en la salud oral. Te explicamos dónde están ubicadas, cómo producen la saliva y por qué no solo ayudan a degradar los alimentos, sino que también previenen las caries en los dientes.
La actividad de las glándulas salivales
Tu saliva proviene de tres principales glándulas ubicadas en el paladar, las mejillas y el suelo de la boca. La saliva que secretan es en realidad un líquido lleno de minerales que ayuda a disminuir el nivel de ácido de la boca, un proceso que evita que el esmalte de los dientes se desgaste y que se formen caries como consecuencia de ese desgaste.
La textura viscosa de la saliva ayuda a lubricar los alimentos que masticas, y así pueden pasar por el esófago y llegar al estómago más fácilmente. La saliva también contiene encimas que ayudan a la digestión temprana de los alimentos. De esta forma, cuando se mezcla en tu boca al masticar, puede suavizar y descomponer los productos más complejos que tu cuerpo necesita almacenar en forma de energía.
Qué son las glándulas salivales
Cada lado de tu boca tiene tres glándulas salivales principales.
La glándula parótida se ubica en la parte alta de tu mejilla y es la glándula que suele verse afectada por las paperas, un trastorno contra el cual se vacuna a la mayoría de los niños en la actualidad. La saliva proviene de la glándula parótida, que está justo encima de los molares superiores.
Como lo describe la enciclopedia Britannica, la glándula submandibular, también conocida como la glándula submaxilar, se encuentra en el interior de la mandíbula a lo largo de los dientes inferiores. Esta glándula secreta saliva justo por debajo de la lengua.
La glándula sublingual se encuentra debajo de la punta de la lengua. También secreta saliva muy cerca de la parte delantera de la superficie inferior de la lengua.
Por qué son importantes las glándulas salivales
La falta de saliva causa un trastorno llamado xerostomía (boca seca), que puede acarrear un incremento de las caries, mal aliento e incluso problemas digestivos debido a que dejan de producirse la digestión y el control del ácido que suelen ocurrir en la boca. Dado que estas glándulas secretan saliva a través de aberturas diminutas al final del ducto (tubo), algunas veces se bloquean o se inflaman, causando un flujo de saliva incluso menor.
Ten en cuenta que existen medicamentos que también pueden disminuir la producción de saliva, según la Asociación Dental Americana (ADA). Afortunadamente, tu dentista puede recetarte un producto que ayude a aliviar los síntomas. De esta forma, estarás protegiendo el esmalte contra la erosión y la sensibilidad dental en caso de que los niveles de saliva decaigan.
Tu dentista y tu médico también podrán revisar los medicamentos que estás tomando para ver si existe algún sustituto que pueda disminuir los efectos de la boca seca. En última instancia, consultar con mayor frecuencia a tu dentista e higienista dental con fines preventivos te asegurará una vida entera de buena salud oral.