Probablemente haya oído a alguien decir que se le “trababa la lengua” si no podía articular lo que intentaba decir. Puede que incluso usted mismo haya utilizado la frase. Pero ¿sabía que la anquiloglosia es una afección real de nacimiento que puede limitar el movimiento de la lengua? De hecho, es bastante común. Según el Children's Hospital of Philadelphia (Hospital de niños de Filadelfia), afecta a casi el 5 % de los recién nacidos. Si tiene un recién nacido con anquiloglosia posterior, siga leyendo y le explicaremos qué significa y qué opciones de tratamiento existen.
Anquiloglosia posterior: Complicaciones y opciones de tratamiento
Revisión médica realizada por Colgate Global Scientific Communications Colgate Global Scientific Communications
¿Qué es la anquiloglosia posterior?
La “lengua atada” es otro nombre para denominar una afección llamada anquiloglosia. Para entender lo que significa, hablemos rápidamente de la anatomía de la lengua:
- La lengua anterior son los dos tercios frontales de la lengua.
- La lengua posterior se encuentra cerca de la parte trasera de la garganta y conforma el tercio de longitud restante.
- El frenillo lingual es la red de tejido bajo la lengua que la conecta con el suelo de la boca.
La anquiloglosia se produce cuando el frenillo del recién nacido es anormal y restringe el movimiento de la lengua. Si está en los dos tercios frontales de la lengua, se trata de una anquiloglosia anterior. Si la afección se encuentra en el tercio posterior, se trata de una anquiloglosia posterior.
Según la Mayo Clinic, la anquiloglosia puede afectar a cualquier persona, pero es más común en niños que en niñas, y también puede ser hereditaria.
Síntomas y complicaciones de la anquiloglosia posterior
Las anquiloglosias anteriores son más fáciles de diagnosticar porque el tejido que conecta la lengua anterior con el suelo de la boca de su hijo es visible. Las anquiloglosias posteriores, sin embargo, no son tan perceptibles y pueden ser difíciles de detectar en un recién nacido. Algunos signos de que su bebé puede padecer esta afección incluyen lo siguiente:
- Dificultad para amamantar.
- Incapacidad para sacar la lengua más allá de los dientes (su lengua puede parecer con muescas o con forma de corazón cuando intenta hacer esto).
- Incapacidad para levantar la lengua o moverla de lado a lado.
- No poder lamerse los labios ni quitarse comida de los dientes.
- No poder aumentar de peso ni crecer según lo esperado.
- Un chasquido al alimentarse.
- Apertura restringida de la boca.
- Mandíbula inferior retraída.
- Exceso de reflujo ácido.
- Cólicos.
Si usted sospecha que su recién nacido puede tener anquiloglosia, hable con el profesional de atención médica. La dificultad para amamantar puede impedir que su hijo obtenga los nutrientes importantes que necesita. Si no se trata, la anquiloglosia puede causar problemas en el futuro. Las restricciones de movimiento de la lengua pueden dificultar el habla. La anquiloglosia también puede aumentar el riesgo de padecer degeneración dental u otros problemas de higiene bucal.
Tratamiento de la anquiloglosia posterior
El tratamiento que le recomiende el profesional de atención médica dependerá de la gravedad de la afección de su hijo. Es posible que algunos casos de anquiloglosia posterior acaben aflojándose y relajándose por sí solos. Según Johns Hopkins Medicine, si la lactancia es la única preocupación, el médico puede recomendarle la ayuda de un asesor en lactancia o un experto en alimentación infantil para ver si la situación puede resolverse sin que su hijo precise cirugía.
Sin embargo, algunos médicos prefieren evitar cualquier posible problema alimenticio o del habla que pueda desarrollarse a futuro mediante cirugía de inmediato. Los dos procedimientos más habituales para la anquiloglosia son los siguientes:
- Frenotomía. Se utilizan tijeras estériles para hacer un pequeño corte en el frenillo, lo que permite que la lengua de su hijo se mueva con mayor libertad.
- Frenuloplastia. Este procedimiento más extenso puede recomendarse si el frenillo de su hijo es demasiado grueso para una frenotomía. Durante este procedimiento, su hijo se someterá a anestesia general mientras el cirujano utiliza herramientas quirúrgicas para liberar el frenillo. A continuación, utilizarán suturas para reparar la incisión. La logopedia y los ejercicios linguales pueden formar parte del proceso de recuperación.
Son procedimientos relativamente sencillos y, en general, también son seguros. Pero, como con cualquier cirugía, existen riesgos potenciales a los que es importante prestar atención, como los siguientes:
- Sangrado grave.
- Infección.
- Lesiones en los conductos salivales.
- Dificultades respiratorias o problemas para respirar.
Si nota algún síntoma o efecto secundario que le preocupe después del procedimiento de su hijo, póngase en contacto con el profesional de atención médica de inmediato.
¿Duele el tratamiento para la anquiloglosia?
Nadie quiere pensar en que su precioso y delicado recién nacido se someta a ningún tipo de cirugía. Pero tenga la seguridad de que su bebé estará bajo anestesia general en todo momento, sin dolor y sin ser consciente del procedimiento. Puede que sienta algunas molestias en los días posteriores, pero el médico podrá aconsejarle sobre cómo manejar esto y mantener a su bebé lo más cómodo posible. A partir de ahí, ¡todo será más fácil! Una vez que su bebé se haya recuperado por completo, podrá respirar tranquila sabiendo que el riesgo de sufrir problemas como retrasos en el crecimiento, dificultades en el habla y degeneración dental ya es menor.
Puede asustarle saber que su recién nacido padece una afección que puede impactar en su capacidad para alimentarse, hablar y respirar correctamente. La buena noticia de la anquiloglosia es que es algo común y, en la mayoría de los casos, se puede tratar. Y ahora que sabe más sobre esta afección, estará en mejores condiciones de mantener una conversación informada con el pediatra para asegurarse de que su pequeño crezca feliz, sano y con una lengua que se mueva libremente.
La finalidad de este artículo es fomentar la comprensión y el conocimiento de temas generales de salud oral. Su propósito no es sustituir la opinión, el diagnóstico o el tratamiento profesionales. Solicita siempre la opinión experta de tu dentista u otro proveedor de salud Calificado y Dile siempre cualquier pregunta que tengas en relación con alguna enfermedad o tratamiento médico.