Existen numerosas razones por las que su dentista podría recomendarle que usted tenga que sacarse un diente, un proceso también conocido como una extracción de diente. Mientras que la mayoría de los pacientes está familiarizada con la extracción de muelas del juicio, una extracción también puede tratar de corregir una infección, una enfermedad periodontal o una boca con apiñamiento.
Mientras que una extracción del diente es un procedimiento relativamente simple, los pacientes deben estar atentos para ciertos temas durante el proceso de curación, incluyendo la complicación más común: un alvéolo seco. Aprenda lo que implica esta condición y cómo puede prevenir una alveolitis seca después de la extracción del diente.
¿Qué es una alveolitis seca?
Después de que el dentista extrae uno de sus dientes de adulto, en la boca se formará un coágulo de sangre en el lugar donde fue extraído el diente. Este coágulo es vital porque ayuda a proteger los huesos y las terminaciones nerviosas en el sitio del diente extraído.
Los pacientes desarrollan una alveolitis seca cuando el coágulo sanguíneo es desalojado, se disuelve o no se forma completamente. Esto deja los nervios y los huesos expuestos y propensos a la infección. Esta afección también causa un dolor intenso en la boca y en la cara y debe ser tratada por un profesional dental tan pronto como sea posible.
¿Por qué ocurre la alveolitis seca?
Un coágulo de sangre desalojado a veces es el resultado de trauma o de la fuerza a la cámara vacía donde estaba el diente. Por desgracia, no es tan fácil de identificar lo que causa un coágulo de sangre desalojado o uno que no se pudo formar en primer lugar. Sin embargo, hay algunos factores de riesgo que aumentan las posibilidades de desarrollar una alveolitis seca. Estos incluyen:
- Infecciones
- Anticonceptivos bucales
- Falta de cuidado adecuado para la herida
- Fumar y el consumo del tabaco
¿Cómo se pueden prevenir una alveolitis seca?
La alveolitis seca suele aparecer en los primeros cinco días después de una extracción, por lo que el primer paso en la prevención de esta condición es evitar cualquier actividad rigurosa que podría ocasionar un trauma en la herida. Esta actividad rigurosa incluso podría incluir actividades simples como beber a través de una paja o escupir fuertemente, ambos tienen el potencial de desprender un coágulo de sangre.
Porque el uso del tabaco y el fumar aumentan las posibilidades de desarrollar una alveolitis seca después de la extracción del diente, evite el uso de estas sustancias por lo menos 24 horas antes y 24 horas después del procedimiento. Hable con su profesional dental para determinar si alguno de sus medicamentos regulares puede inhibir la coagulación de la sangre y discutir lo que puede hacer para minimizar o eliminar este riesgo.
El cirujano bucal o dentista probablemente le recomendará una serie de cuidados para el hogar y consejos para seguir después de la extracción. El asesoramiento puede incluir beber mucha agua, no cepillarse dentro de las primeras 24 horas después de la cirugía, evitar ciertos alimentos y usar enjuagues bucales antibacterianos. Su dentista también puede ofrecerle asesoramiento específico dependiendo de su historia de salud bucal, la salud inmune y los medicamentos que usted toma.
Siguiendo estos consejos cuidadosamente, usted puede ir de una manera segura hacia la prevención de una alveolitis seca, para que pueda experimentar un sano proceso de curación después de la extracción del diente.