Los hábitos como masticar tabaco, morderse las uñas o mordisquear popotes también pueden irritar el tejido blando del interior de la boca, causando que las ampollas en la boca o las heridas abiertas empeoren. Los pacientes con brackets en sus dientes suelen tener este tipo de ampollas debido a la irritación que los alambres y el metal o los brackets cerámicos causan al frotarse contra las paredes internas de las mejillas. Verifícalo con el ortodoncista para ver si puede recortar las terminaciones de algunos alambres.
Contagioso frente a lo contagioso
Los trastornos como la enfermedad de Crohn, la deficiencia de vitamina B12, el lupus, la anemia, la enfermedad celíaca, el penfigoide, el síndrome del intestino irritable y la colitis ulcerosa pueden presentarse todos ellos con ampollas en la boca. Estos trastornos no suelen ser contagiosos, y los profesionales de la odontología suelen trabajar en conjunto con los médicos para determinar un plan de tratamiento que fomente el proceso de sanación, así como la comodidad del paciente y la gestión de la enfermedad mientras esté presente.
Las enfermedades contagiosas como la varicela, el herpes simple tipo 2 (fuego en la boca), el coxsackievirus (enfermedad de manos, pies y boca), el herpes simple tipo 1 (herpes genital), el VIH/SIDA, la mononucleosis infecciosa y la sífilis pueden todas producir ampollas similares en el tejido de la boca, mismas que tienen diversos grados de contagio, específicamente cuando las ampollas se rompen y excretan el virus. Estos trastornos tienen síntomas distintos que se presentan junto con las ampollas, aunque comparten la necesidad común de visitar a un profesional médico y dental para recibir el plan de tratamiento que ayude a gestionar adecuadamente la enfermedad.