La gingivitis y el cáncer de encías son dos cosas distintas. Pero ambos hay que tomarlos en serio. Una de las mejores medidas para reducir el riesgo de desarrollar la gingivitis y la enfermedad de las encías y detectar cualquier forma de cáncer oral, incluido el cáncer de las encías en su etapa inicial, es acudir al dentista periódicamente para someterse a controles y limpiezas. Las y los profesionales dentales pueden detectar y diagnosticar cualquier anomalía antes de que se convierta en un problema importante. Una excelente rutina bucal en casa también es indispensable. Esto incluye cepillarse los dientes al menos dos veces al día (y después de cada comida, si es posible). Usar hilo dental para completar la limpieza interdental al menos una vez al día puede minimizar las probabilidades de desarrollar gingivitis. No consumir productos de tabaco y beber alcohol con moderación también reduce el riesgo de cáncer bucal.
Si ve o siente algo inusual en las encías, o si las siente sensibles o inflamadas, no se asuste. Probablemente no sea nada, pero, si la situación se alarga, definitivamente debería acudir a una revisión. Contacte a su dentista: el mejor tratamiento es el que se hace a tiempo.