El paladar puede verse afectado por varias enfermedades y afecciones congénitas. El paladar fisurado es una afección que puede ocasionar dificultades tanto para comer como para hablar en bebés y niños pequeños, señala la Asociación Americana del Habla, Lenguaje y Audición (American Speech-Language-Hearing Association, ASHA).
El paladar fisurado se presenta cuando hay una abertura en el paladar, ya sea en el duro o en el blando. Puede encontrarse de un solo lado o de ambos lados de la boca, y puede llegar a afectar los labios y la nariz. En niños, el paladar fisurado puede estar oculto detrás de la membrana mucosa. En este caso, se conoce como paladar fisurado submucoso.
A pesar de que el paladar fisurado es la anomalía congénita más frecuente en los Estados Unidos, se desconoce su causa. Ocurre durante la primera etapa del embarazo, y los factores de riesgo abarcan factores genéticos, el consumo de tabaco durante el período de gestación y la falta de acceso a cuidados prenatales, de acuerdo con la ASHA.
Los bebés que tienen el paladar fisurado pueden tener problemas durante la lactancia y para tomar de un biberón. Los niños más grandes pueden presentar dificultades del habla o tardar más en aprender a hablar.