Refuerce las bacterias saludables en su cuerpo con alimentos que contengan microorbanismos beneficiosos. Estos alimentos probióticos vienen de fuentes lácteas, como el yogur, el kéfir, el queso cottage con cultivos y la leche agria, y de fuentes no lácteas, como los vegetales fermentados (por ejemplo, el chucrut o col agria) y un té fermentado llamado kombucha. Mejor aún: puede añadir prebióticos a su dieta, que son fibras vegetales que actúan como un fertilizante para los probióticos. Los alimentos prebióticos incluyen las alcachofas de Jerusalén crudas, la raíz cruda de achicoria, la cebada no refinada y el trigo no refinado.
Tal vez ya esté comiendo probióticos sin que lo sepa. Para descubrirlo, revise que la etiqueta diga que contiene "cultivos vivos y activos" o bien que se mencione el nombre del microorganismo. Anímese a poner en práctica esta forma natural de cuidar de sus dientes comiendo alimentos con probióticos.