¿Alguna vez se ha preguntado cómo incide la obesidad en el bienestar general de su hijo o hija y qué cambios de conducta podría adoptar para promover un estilo de vida más saludable? La obesidad suele estar relacionada con otros problemas de salud, como las enfermedades cardiacas y la diabetes, y puede llegar a afectar a la salud bucal. Hay muchas formas seguras y eficaces de prevenir la obesidad que, además, le ayudarán a mejorar también otros aspectos de la salud de su hijo o hija.
Para prevenir la obesidad, el primer paso es entender la diferencia entre la obesidad y el sobrepeso. Se considera que un niño o niña tiene obesidad cuando su índice de masa corporal (IMC) es igual o superior al percentil 95 correspondiente a su edad y su sexo. Lamentablemente, como señala la Asociación Estadounidense del Corazón, la obesidad infantil es un problema que va al alza. Según datos recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CCPEEU), la obesidad en menores de 6 a 11 años aumentó del 6,5% en 1980 al 18,4% en 2016, mientras que la obesidad en adolescentes de 12 a 19 años ascendió del 5% al 20,6% en ese mismo periodo.
Los CCPEEU también advierten que, a medida que la obesidad se vuelve más común entre niñas, niños y adolescentes, también están aumentando los casos de caries, lo cual sugiere un vínculo entre el peso y la salud dental. Aunque no podemos afirmar directamente que una condición de salud individual como la obesidad cause caries o enfermedad periodontal, las investigaciones recopiladas por la Revista Internacional de Odontología (International Journal of Dentistry ) confirman la coexistencia de factores de riesgo similares.
Los medicamentos para la presión arterial alta, que son frecuentes entre las y los pacientes con obesidad, tienen efectos secundarios que pueden repercutir negativamente en la salud bucal. Según la ADA, los efectos secundarios más frecuentes de estos medicamentos son la sequedad bucal y el crecimiento excesivo de las encías (hiperplasia gingival), el cual facilita que la placa quede atrapada debajo. Ambos efectos secundarios pueden provocar caries y la enfermedad de las encías.