Un paladar hendido ocurre cuando la hendidura en el paladar no se cierra en las etapas tempranas del embarazo, y aunque es un trastorno similar al labio leporino, puede suceder por sí solo. La reparación de un paladar hendido requiere unir los lados de la hendidura, y si se lleva a cabo cuando los niños son muy jóvenes, la cirugía mejora por mucho las posibilidades de desarrollar el habla normal, una buena estructura facial y la alineación de los dientes.
Antes de la cirugía de reparación del paladar hendido
La cirugía para reparar un paladar hendido suele realizarse antes de los 18 meses de edad, pero puede hacerse en bebés desde los seis meses, según la Fundación del Paladar Hendido. El paladar suave es esencial al hablar, y algunos cirujanos prefieren repararlo cuando el niño aún es pequeño, y suele ser a la vez que reparan el labio leporino, cuando es necesario. La segunda cirugía se realiza antes de que el niño cumpla los 18 meses para reparar el paladar duro. Otros cirujanos suelen realizar una única operación a la edad de 11 o 12 meses cuando el bebé comienza a emitir sonidos como b, d y g.
Los Institutos Nacionales de Salud explican que una reparación temprana tiene sus ventajas, particularmente el fomento del desarrollo del habla. Sin embargo, la desventaja es que una reparación temprana podría impedir un desarrollo facial normal.
El Centro Médico de la Universidad de Michigan aconseja que, en algunos casos, la cirugía se posponga por cuestiones cardiacas, pulmonares o respiratorias que se deben tratar primero, y luego se pueden requerir cirugías para dar forma al paladar. El cirujano oral maxilofacial decidirá el procedimiento a seguir en función de las particularidades del trastorno que presente el niño.
Durante la cirugía
La cirugía de paladar hendido se lleva a cabo en una sala operatoria, y el niño recibe anestesia general. El cirujano hace incisiones a ambos lados de la hendidura, luego rota los músculos y tejidos y los une para cerrar la hendidura. Finalmente se hacen las puntadas en la hendidura con suturas solubles. Es posible que el cirujano también coloque una puntada con un hilo largo en la lengua, que puede usarse para jalar la lengua hacia adelante si se está obstruyendo la respiración del niño.
Después de la cirugía de paladar hendido
Inmediatamente después de la cirugía, el paladar se inflama y puede liberar líquidos, y el niño podría sentirse somnoliento y tener saliva teñida de sangre, pero todos estos síntomas son normales. El paciente suele pasar uno o dos días después de la cirugía bajo observación en el hospital, y luego podrá seguir la recuperación en casa.
Una vez en casa, los padres pueden ayudar a una recuperación más rápida asegurándose de que su hijo esté cómodo. Los cuidadores también deberán hacer todo lo que puedan para evitar que el niño toque el área quirúrgica o que se meta objetos en la boca. En algunos casos, podrá ser necesario restringir el movimiento de sus brazos con amarres de velcro, que evitan que el codo se doble hacia la boca.
Los niños que se han sometido recientemente a una reparación del paladar hendido no pueden usar un chupón ni un vasito con boquilla que sobresalga y se introduzca en la boca. Es mejor usar un vaso normal, biberón o bien el pezón si se sigue amamantando al niño. No podrá comer alimentos sólidos durante las seis semanas siguientes a la cirugía. Durante la primera semana, solo podrá tomar alimentos líquidos, como yogurt, purés, sopa y helado, según el Centro Médico de la Universidad de Rochester. Una semana después de la cirugía, el niño podrá comenzar a comer cereal remojado en leche, frutas y verduras cocidas, fideos y otros alimentos suaves.
Con el tiempo y con una supervisión adecuada, el área quirúrgica deberá sanar por sí sola y el cirujano podrá decir cuándo será seguro retomar el lavado de los dientes normal con un cepillo dental de cerdas suaves. La reparación del paladar hendido causa incomodidad y existe un periodo de recuperación, pero a largo plazo las ventajas hacen que el proceso haya valido la pena.