The little girl with short hair is sucking finger while looking up in an outside setting

Chuparse el dedo: lo bueno, lo malo y lo normal

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Revisión médica realizada por Colgate Global Scientific Communications Colgate Global Scientific Communications

Como padre interesado en la salud bucal de su hijo o hija, probablemente esté leyendo esto porque su bebé ha adquirido el hábito de chuparse el dedo! Pero quizá se pregunte: ¿Es malo chuparse el dedo? Y si es así, ¿cómo puede lograr que su hijo o hija deje de hacerlo? Estamos aquí para explicarle los pormenores de chuparse el dedo, cuándo puede convertirse en un problema y cuál es la mejor forma de ayudar a los niños.

Chuparse el dedo: ¿Qué es normal?

Es totalmente normal y seguro que los bebés y los niños pequeños se chupen el dedo. A medida que el bebé va creciendo, llevarse objetos y dedos a la boca es una forma natural de explorar, integrar y comprender su mundo. Además, algunos niños se chupan el dedo para consolarse, como otros pueden utilizar peluches o una manta.

Según la American Dental Association (Asociación Estadounidense de Odontología), los niños suelen dejar este hábito por sí solos entre los dos y cuatro años. Pueden aumentar o volver a este comportamiento cuando están estresados, ansiosos o para tranquilizarse cuando se van a dormir.

 

Chuparse el dedo: consecuencias dentales

Aunque chuparse el dedo es normal en el desarrollo de los bebés y niños pequeños, puede causar problemas si continúa más allá de estos primeros años. Aunque ninguna afección está causada exclusivamente por chuparse el dedo, hacerlo de forma prolongada y crónica se asocia a problemas como: 

  • Mordida desalineada (cómo encajan los dientes superiores e inferiores) 

  • Dificultades para masticar o tragar. 

  • Sensibilidad o distorsión del paladar. 

  • Problemas de habla.

  • Sobremordida o mordida con resalte, en la que los dientes delanteros sobresalen. 

  • La submordida o mordida inversa, en la que los dientes frontales inferiores se inclinan hacia dentro.

  • Desgaste irregular en algunas superficies dentales.

  • Para los niños en edad escolar, chuparse el dedo también puede atraer la atención no deseada y las burlas de sus hermanos o compañeros, lo que puede afectar a su confianza y autoestima.

 Cuándo y cómo dejar de chuparse el dedo

Para prevenir problemas bucales, la American Dental Association (Asociación Estadounidense de Odontología, ADA) aconseja que los niños dejen de chuparse el dedo antes de cumplir cuatro años .Además de su edad, el momento adecuado para intervenir viene determinado en parte por la gravedad del hábito de chuparse el dedo. Si su hijo o hija se chupa el dedo de forma compulsiva o enérgica, el riesgo de que sufra problemas de salud bucal es mayor, por lo que sería conveniente cortar el hábito de raíz lo antes posible. Cuanto antes deje de hacerlo, menos arraigado estará el comportamiento. 

Si observa cambios en los dientes o en la alineación de la mordida, lo mejor es programar una visita con el dentista de su hijo o hija para obtener una visión experta. Afortunadamente, hay poderosas opciones que puede tomar por su cuenta para ayudar a su hijo o hija a superar este comportamiento o a desarrollar alternativas más sanas.

Cómo ayudar a su hijo o hija a romper con el hábito de chuparse el dedo

 
Pruebe el refuerzo positivo en lugar del castigo

Cuando se trata de guiar a su hijo para que deje de chuparse el dedo, reforzar los comportamientos positivos es más eficaz que castigar los comportamientos indeseables. Esto es así con la mayoría de los hábitos, pero es especialmente importante con chuparse el dedo porque en realidad puede estar causado por el estrés y la ansiedad en primer lugar. El castigo, la crítica o la amonestación solo pueden servir para aumentar sus ganas de chuparse el dedo, reforzando el hábito en lugar de romperlo. Evite estas estrategias e intente darse cuenta de si hay alguna situación concreta que parezca desencadenar que su hijo se chupe el dedo.

 

Sustituya sus mecanismos de afrontamiento por una alternativa saludable

En lugar de chuparse el dedo, ofrezca a su hijo alternativas saludables para controlar el estrés o la ansiedad, como utilizar juguetes antiestrés, sujetar su mantita o juguete favorito, hacer alguna manualidad o simplemente hablar con usted si tiene edad suficiente para articular sus sentimientos. A menudo, estas actividades pueden proporcionar consuelo y distracción de sus preocupaciones. 

 

Refuerce los comportamientos positivos con recompensas y elogios

Cuando su hijo o hija utilice sus nuevas estrategias de afrontamiento en lugar de meterse el pulgar en la boca, refuerce su comportamiento positivo con muchos elogios. A muchas familias les resultan útiles las tablas de conducta, en las que el niño o niña recibe un autoadhesivo cada vez que realiza el comportamiento deseado o deja de hacer el comportamiento indeseable. A continuación, puede trabajar para reunir suficientes autoadhesivos para una recompensa, por ejemplo, darse un gusto especial, elegir la película en la noche familiar o acostarse más tarde el fin de semana. Como motiva a repetir el comportamiento positivo muchas veces, favorece la formación de un hábito nuevo y más saludable, al tiempo que deja que el hábito de chuparse el dedo desaparezca.

 

Platique sobre los efectos de chuparse el dedo

Si tiene edad suficiente, hable con su hijo o hija sobre los efectos negativos que puede causarle chuparse el dedo. Quizá pueda utilizar algunas ayudas visuales, como fotografías de dientes desalineados. Sin embargo, para evitar que se convierta en una charla para “asustar”, utilice ejemplos moderados y contrástelos con ejemplos positivos de sonrisas bonitas y sanas.

 

Recordatorios amables

Como cualquiera que haya tenido alguna vez un mal hábito puede darse cuenta, chuparse el dedo puede convertirse fácilmente en algo habitual, y puede que su hijo o hija ni siquiera se dé cuenta de que lo está haciendo. Desanimarlos con recordatorios puede ser útil para llamar su atención antes de que adopten el hábito.

 

Bloquear físicamente la succión del pulgar 

Chuparse el dedo puede ser más difícil de evitar por la noche. La necesidad de comodidad del niño aumenta, su autorregulación disminuye y usted no puede estar ahí vigilando y desviando el hábito. En su lugar, puede probar a poner un guante o una venda en la mano de su hijo o hija por la noche para evitar físicamente que se chupe el dedo. También puede comprar lociones o esmaltes de uñas de sabor amargo, o un protector para el pulgar para disuadir al niño o a la niña.

 

Traiga a los expertos

Si tiene problemas para fomentar cambios saludables por su cuenta, consulte a su dentista o pediatra para que le dé su opinión. Puede ofrecerle consejos expertos para controlar comportamientos como chuparse el dedo, y es posible que su dentista pueda recomendarle un aparato dental u otro producto. 

Cuando se trata de ayudar a su hijo o hija, es vital que aumente sus conocimientos sobre lo que es eficaz y perjudicial para cambiar su comportamiento. Ha dado un gran primer paso leyendo este artículo, y ahora tiene la oportunidad perfecta para ayudar al niño o a la niña con el refuerzo y la gestión del estrés.

Preguntas frecuentes sobre chuparse el dedo 

¿Se considera que chuparse el dedo es un comportamiento normal en los niños?

Para los bebés y los niños pequeños, chuparse el dedo se considera un comportamiento normal del desarrollo. Los niños pequeños suelen llevarse cosas a la boca como forma de explorar el mundo que les rodea, y chuparse el dedo también puede ser una fuente de consuelo.

¿A qué edad de los hijos deben preocuparse los padres por el hábito de chuparse el dedo?

La American Dental Association (Asociación Estadounidense de Odontología) aconseja que se aliente a los niños a dejar de chuparse el dedo antes de los cuatro años. 

¿Chuparse el dedo puede provocar problemas dentales?

La succión del pulgar que se prolonga más allá de los cuatro años puede contribuir a diversos problemas de salud bucal. Entre ellos se incluyen la mordida desalineada, problemas para masticar y tragar, impedimentos del habla y desgaste excesivo de algunos dientes. 

¿Cuáles son algunos consejos para ayudar a los niños a dejar de chuparse el dedo?

Las estrategias más eficaces para dejar de chuparse el dedo son la recompensa positiva y la gestión del estrés. Intente identificar y eliminar los desencadenantes de estrés para su hijo, y ofrézcale estrategias de afrontamiento más sanas como hablar, jugar o abrazar un peluche. No recurra nunca al castigo; en su lugar, refuerce los comportamientos positivos de su hijo o hija con elogios y recompensas. 

¿Cuándo deben los padres buscar ayuda profesional para el hábito de chuparse el dedo de su hijo o hija?

Si chuparse el dedo persiste más allá de los cuatro años, o parece compulsivo o vigoroso, y sus esfuerzos por controlarlo en casa no han tenido éxito, es hora de pedir ayuda a su dentista o a su pediatra. 

La finalidad de este artículo es fomentar la comprensión y el conocimiento de temas generales de salud oral. Su propósito no es sustituir la opinión, el diagnóstico o el tratamiento profesionales. Solicita siempre la opinión experta de tu dentista u otro proveedor de salud Calificado y Dile siempre cualquier pregunta que tengas en relación con alguna enfermedad o tratamiento médico.