La salivación excesiva o sialorrea se refiere a un incremento en la cantidad de saliva que hay en la boca. Por lo general, no está relacionada con la producción excesiva de saliva por parte de las principales glándulas salivales. En lugar de ello, se puede atribuir a un control deficiente de la boca y de la lengua, así como a una deglución inadecuada que puede deberse a varios factores.
Signos y síntomas de salivación excesiva
La salivación excesiva suele presentarse como saliva que se derrama más allá del borde de los labios, lo que se conoce como salivación anterior, pero también puede manifestarse como salivación posterior, que se da cuando el exceso de saliva deja la orofaringe y entra en la laringofaringe. (Vea este diagrama de las regiones de su garganta del Instituto Nacional de Cáncer de los E.U.A.). De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los E.U.A., la salivación se considera normal en los niños pequeños, sobre todo cuando les están brotando los dientes de leche. Por lo general, la dentición y la salivación se resuelven entre los 16 meses y los 3 años de edad.
La salivación exacerbada que va más allá de la dentición es una anomalía y puede resultar problemática. Además de la irritación facial y el deterioro de la piel alrededor de la boca, puede ser que haya dificultad para tragar. El exceso de saliva activa el reflejo de toser, cuyo propósito es evitar que la persona aspire comida, saliva u otros fluidos, con el fin de evitar problemas de pulmón crónicos y neumonía. La incapacidad de toser puede ser letal para una persona con salivación excesiva. Si no se ha identificado la causa del exceso de saliva, es recomendable que visite a su médico.
Causas de la salivación excesiva
Hay ciertas infecciones que pueden causar salivación excesiva. Entre ellas se encuentran la faringitis estreptocócica, los abscesos alrededor de las amígdalas y la amigdalitis. Otras causas pueden ser el reflujo ácido, la obstrucción de los conductos nasales y, aunque es menos frecuente, un engrandecimiento de la lengua o de la epiglotis (epiglotitis), según la Clinica Mayo. Una intervención médica adecuada y la extracción de las amígdalas y, en caso necesario, de las amígdalas faríngeas, ayudarán a resolver y a revertir este problema. Algunos medicamentos como la clozapina, que se suele recetar para el tratamiento de la esquizofrenia, también se han reconocido como una causa, de acuerdo con los Avances Terapéuticos en Psicofarmacología.
Cuando la salivación excesiva es causada por una enfermedad crónica o por un trastorno neurológico, la condición sistémica debe ser supervisada y controlada primero. La salivación puede presentarse junto con los problemas musculares de la parálisis cerebral y el síndrome de Down. Además, muchos adultos que padecen la enfermedad de Parkinson, pacientes con Alzheimer, víctimas de apoplejías y personas que sufren de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) pueden experimentar salivación excesiva. En estos casos, se ven afectadas las habilidades motrices del individuo, lo que conduce a la dificultad para tragar y mover la boca.
Tratamiento para la salivación excesiva
Las opciones de tratamiento están avanzando, y algunas se enfocan en el origen de la producción de saliva: las glándulas salivales. Un estudio de la revista Toxins menciona cómo las toxinas botulínicas (la base del Botox) pueden detener la sialorrea efectivamente con muy pocos efectos secundarios. Las toxinas botulínicas se administran mediante inyecciones a las glándulas salivales parótidas y submandibulares.
¿Qué quiere decir esto para su salud bucal? Su dentista examinará los dientes y la cavidad oral para ayudarle a mantener su salud bucal, y puede que sea la primera persona en hablarle sobre la salivación excesiva. Si la condición sistémica no se resuelve, su dentista lo derivará a un especialista para una evaluación adicional.