Si tu hijo padece aftas dolorosas, no descuidés su rutina de cuidado bucal. Mantener la boca de tu hijo limpia evitará la aparición de nuevas llagas y acelerará su curación. Sé amable y paciente, y hacé que tu hijo entienda que una boca limpia es igual a una boca sana.
Cepillar los dientes de los niños
Aunque tu hijo puede negarse a cepillarse los dientes cuando tiene llagas, es imprescindible no interrumpir el cuidado bucal. Para facilitarte la tarea, y hacerla menos dolorosa para tu hijo, usá el cepillo de dientes infantil más suave que encuentres. Sus cerdas superflexibles no irritarán las encías sensibles de tu hijo como un cepillo de dientes rígido. Evitá cepillar la zona del afta. Además, asegurate de elegir una crema dental indicada para la etapa infantil.
Usar enjuague bucal e hilo dental
Después del cepillado, pasá el hilo dental por el mayor número posible de dientes del niño. Pasá por alto temporalmente los espacios cercanos a las llagas. Posteriormente, usá un enjuague bucal si la edad del menor lo permite. Elegí un enjuague bucal antimicrobiano sin alcohol, como el enjuague bucal Colgate Plax para niños a partir de 6 años, que no hace picar ni irrita las aftas. Terminá la rutina aplicando un gel oral infantil anestésico en cada una de las llagas para aliviar el dolor. Usá la punta de un hisopo suave para aplicar el medicamento.
Consejos de alimentación para las aftas
Entre cepillados, la dieta de tu hijo debe ser blanda y suave. Evitá los alimentos con abundancia de condimentos o salsas picantes. Un artículo subraya la conveniencia de elegir alimentos saludables ricos en proteínas y vitaminas A y C para acelerar el proceso de curación. Dale huevos revueltos, avena, sopa cremosa, yogur griego, tofu, macarrones con queso, verduras al vapor, puré de manzana, panqueques o batidos de proteínas. Asegurate de que tu hijo siga tomando líquidos. Agua fría helada, leche o jugo de uva diluido son las mejores opciones para no irritar las llagas.
Aunque las aftas son dolorosas, no son una excusa para renunciar al cuidado bucal diario. Cepillá suavemente, usá productos dentales sin alcohol y planteá una alimentación blanda y suave hasta que la boca de tu hijo haya sanado por completo.