¿Qué es?
La extracción dental es el retiro de un diente de su cavidad alveolar del hueso maxilar o mandibular.
Para qué se usa
Si un diente se ha roto o dañado por caries, su dentista intentará arreglarlo con una obturación dental, una corona u otro tratamiento. No obstante, a veces el diente está muy dañado y no puede repararse. En este caso, se debe extraer. Un diente muy flojo también se deberá extraer si no se puede salvar, incluso con cirugía de reemplazo de hueso (injerto óseo).
Estos son otros motivos:
Algunas personas tienen dientes adicionales que impiden que otros dientes salgan.
A veces, los dientes de leche no se caen a tiempo como para permitir que los dientes permanentes salgan.
Las personas que deben usar aparatos podrán necesitar que se les extraigan dientes a fin de hacer espacio para los dientes que se están acomodando.
Las personas que reciben radiación en la cabeza y en el cuello podrán necesitar que se les extraigan dientes que se encuentren en el campo de radiación.
Las personas que reciben medicamentos contra el cáncer pueden padecer infecciones en los dientes porque dichos medicamentos debilitan el sistema inmunitario. Podrá ser necesaria la extracción de los dientes infectados.
Algunos dientes se podrán tener que extraer si pueden volverse una fuente de infección después de un trasplante de órgano. Las personas con trasplantes de órganos tienen un alto riesgo de infección porque deben tomar medicamentos que reducen o suprimen el sistema inmunitario.
Las muelas de juicio, también conocidas como «terceros molares», se suelen extraer antes o después de salir. Por lo general, salen a fines de la adolescencia o a principios de los 20 años. Se deben extraer si tienen caries, causan dolor, o tienen un quiste o una infección. Estos dientes suelen atascarse en la mandíbula y no salen. Esto puede irritar las encías, lo que genera dolor e hinchazón. En este caso, se deben extraer. Si necesita que le extraigan las cuatro muelas de juicio, esto se suele hacer en el mismo momento.
Si espera someterse a un tratamiento con medicamentos intravenosos llamados «bifosfonatos» debido a una afección médica, asegúrese de consultar a su odontólogo primero. Si se necesita extraer algún diente, esto se debería hacer antes de que comience el tratamiento. Realizarse una extracción dental después de un tratamiento con bifosfonatos aumenta el riesgo de osteonecrosis (muerte del hueso) en la mandíbula.
Preparación
Su odontólogo o su cirujano bucal tomará una radiografía del área para ayudar a planificar la mejor manera de extraer el diente. Asegúrese de proporcionar sus antecedentes médicos y dentales completos y una lista de todos los medicamentos que toma. Esto debería incluir los medicamentos, las vitaminas y los suplementos tanto recetados como de venta libre.
Si le van a extraer una muela de juicio, podrán hacerle una radiografía panorámica. Esta radiografía toma una fotografía de todos los dientes de una vez. Puede mostrar varias cosas que ayudan a guiar una extracción:
La relación de la muela de juicio con los otros dientes.
La relación de los dientes superiores con los senos paranasales.
La relación de los dientes inferiores con un nervio de la mandíbula que le da sensibilidad a la mandíbula, los dientes inferiores, el labio inferior y el mentón. Este nervio se llama «nervio alveolar inferior».
Cualquier infección, tumor o enfermedad ósea que pueda estar presente.
Algunos médicos recetan antibióticos para que se tomen antes y después de la cirugía. Esta práctica varía según el dentista o el cirujano bucal. Hay más probabilidades de que le den antibióticos en los siguientes casos:
Si tiene una infección al momento de la cirugía.
Si tiene un sistema inmunitario debilitado.
Si se someterá a una cirugía prolongada.
Si tiene afecciones médicas específicas.
Se le podrá administrar anestesia de forma intravenosa, lo que puede ir desde sedación consciente hasta anestesia general. De ser así, su médico le dará instrucciones para seguir. Debería usar ropa con mangas cortas o con mangas que se puedan enrollar hacia arriba con facilidad. Esto permite la colocación de una vía intravenosa. No coma ni beba nada durante seis a ocho horas antes del procedimiento.
Si tiene tos, congestión nasal o un resfrío hasta una semana antes de la cirugía, llame a su médico. Este podrá querer evitar la anestesia hasta que se le pase el resfrío. Si tuvo náuseas y vómitos la noche anterior al procedimiento, llame al consultorio del médico a primera hora de la mañana. Podrá necesitar cambiar la anestesia planificada o se podrá tener que reprogramar la extracción.
No fume el día de la cirugía. Esto puede aumentar el riesgo de padecer un problema doloroso que se llama «alveolitis seca».
Después de la extracción, alguien deberá llevarlo a su casa y quedarse allí con usted. Se le darán instrucciones para que siga después de la cirugía. Es muy importante que las cumpla.
Cómo se hace
Hay dos tipos de extracciones:
Una extracción simple se realiza con un diente que se puede ver en la boca. Los odontólogos generales suelen hacer extracciones simples. En una extracción simple, el odontólogo afloja el diente con un instrumento llamado «elevador». Luego, usa un instrumento que se llama «fórcep» para extraer el diente.
Una extracción quirúrgica es un procedimiento más complejo. Se usa si un diente puede haberse roto en la línea de las encías o aún no ha salido. Las extracciones quirúrgicas las suelen hacer los cirujanos buclaes. Sin embargo, también las hacen los odontólogos generales. El médico realiza una pequeña incisión (corte) en la encía. A veces, es necesario extraer parte del hueso que hay alrededor del diente o cortar el diente por la mitad para poder extraerlo.
Las extracciones más simples se pueden hacer con solo una inyección (un anestésico local). Usted podrá o no recibir medicamentos que lo ayuden a relajarse. En el caso de una extracción quirúrgica, recibirá anestesia local y también se le podrá administrar anestesia por una vena (vía intravenosa). Algunas personas podrán necesitar anestesia general. Esto incluye a pacientes con afecciones médicas o conductuales específicas y a niños pequeños.
Si recibe sedación consciente, se le podrán administrar esteroides así como otros medicamentos por vía intravenosa. Los esteroides ayudan a reducir la inflamación y a mantenerlo sin dolor después del procedimiento.
Durante una extracción dental, puede esperar sentir presión, pero no dolor. Si siente algún dolor o pinchazo, infórmele al médico.
Seguimiento
Su médico le dará instrucciones detalladas sobre qué hacer y qué esperar después de la cirugía. Si tiene alguna pregunta, asegúrese de hacerla antes de irse del consultorio.
La extracción de un diente es una cirugía. Usted puede esperar alguna molestia incluso después de someterse a extracciones simples. Por lo general, es leve. Estudios han demostrado que tomar antiinflamatorios no esteroides puede ayudar mucho a disminuir el dolor después de una extracción dental. Estos medicamentos incluyen ibuprofeno (como Advil, Motrin y otros). Tome la dosis que su médico recomiende, de 3 a 4 veces al día. Tome las primeras píldoras antes de que se vaya el efecto de la anestesia local. Continúe tomándolas durante 3 días. Pídale a su médico instrucciones completas.
Las extracciones quirúrgicas suelen causar más dolor después del procedimiento que las extracciones simples. El nivel de molestia y su duración dependerán de cuán difícil haya sido extraer el diente. Su odontólogo podrá prescribirle analgésicos por algunos días y luego recomendarle antiinflamatorios no esteroides. La mayor parte del dolor desaparece después de un par de días.
Un corte en la boca suele sangrar más que un corte en la piel porque no se puede secar y formar una costra. Después de una extracción, se le pedirá que muerda un trozo de gaza durante 20 a 30 minutos. Esta presión permitirá que la sangre coagule. Igual tendrá un pequeño sangrado durante las próximas 24 horas. Después de eso, debería disminuir. No toque el coágulo que se forma en la herida.
Puede colocarse compresas frías en la cara para reducir la inflamación. Por lo general, se dejan durante 20 minutos por vez y se retiran por otros 20 minutos. Si tiene la mandíbula dolorida y rígida después de que desaparezca la inflamación, pruebe con compresas tibias.
Coma alimentos suaves y frescos durante unos días. Luego, pruebe otras comidas a medida que se vaya sintiendo cómodo.
Un enjuague suave con agua salada tibia, a partir de las 24 horas posteriores a la cirugía, puede ayudar a mantener el área limpia. Use media cucharadita de sal en una taza de agua. La mayor parte de la hinchazón y del sangrado finaliza uno o dos días después de la cirugía. La cicatrización inicial toma al menos dos semanas.
Si necesita puntos de sutura, su médico podrá usar los que se disuelven por sí solos. Esto suele tomar entre una y dos semanas. Enjuagarse con agua salada tibia ayudará a que los puntos se disuelvan. Algunos puntos los debe extraer el dentista o el cirujano.
Después de la cirugía, no debe fumar, usar popote, ni escupir. Estas acciones pueden sacar el coágulo del orificio en donde estaba el diente. No fume el día de la cirugía, tampoco fume entre las 24 y las 72 horas posteriores a la extracción dental.
Riesgos
Existe un problema llamado «alveolitis seca» que surge en el 3 % o el 4 % de todas las extracciones. Esto ocurre cuando no se forma un coágulo en el orificio o el coágulo se desprende o se destruye demasiado pronto.
En una alveolitis seca, el hueso subyacente queda expuesto al aire y a los alimentos. Esto puede ser muy doloroso, y puede causar mal olor o sabor. Por lo general, la alveolitis seca comienza a causar dolor al tercer día después de la cirugía.
Se produce hasta en el 30 % de las veces que se extraen dientes impactados. Tiene más probabilidades de ocurrir después de extracciones difíciles. Los fumadores y las mujeres que toman anticonceptivos orales tienen más probabilidades de padecer alveolitis seca. Fumar el día de la cirugía aumenta más el riesgo. La alveolitis seca debe tratarse con un apósito con medicación para detener el dolor y para motivar la curación del área.
Puede producirse una infección después de la extracción. Sin embargo, es probable que a usted no le ocurra si tiene un sistema inmunitario saludable.
Otros problemas potenciales incluyen lo siguiente:
Daño accidental a dientes cercanos, como fractura de obturaciones o de dientes.
Una extracción incompleta, en la que la raíz del diente permanece en la mandíbula. Su odontólogo suele quitar la raíz para prevenir una infección, pero a veces es menos riesgoso dejar una pequeña punta de la raíz.
Una fractura mandibular por la presión que se hizo en la mandíbula durante la extracción. Esto ocurre con mayor frecuencia en ancianos con osteoporosis (adelgazamiento) del hueso mandibular.
Un orificio en un seno paranasal durante la extracción de un diente posterior superior (molar). Un pequeño orificio suele cerrarse solo en unas semanas. De lo contrario, podrá ser necesaria otra cirugía.
Dolor en los músculos o en las articulaciones mandibulares. Podrá ser difícil para usted abrir bien la boca. Esto puede ocurrir por las inyecciones, por mantener la boca abierta o por una presión excesiva sobre la mandíbula.
Entumecimiento prolongado del labio inferior y del mentón. Este es un problema poco común. Se produce por una lesión al nervio alveolar inferior del maxilar inferior. La cicatrización completa podrá tomar de tres a seis meses. En casos poco frecuentes, el entumecimiento podrá ser permanente.
Cuándo llamar a un profesional
Llame a su odontólogo o a su cirujano bucal en los siguientes casos:
- Si la inflamación empeora en lugar de mejorar.
- Si tiene fiebre, escalofríos o enrojecimiento.
- Si presenta problemas para tragar.
- Si hay un sangrado incontrolable en el área.
- Si el área continúa supurando o sangrando después de las primeras 24 horas.
- Si la lengua, el mentón o el labio se sienten como adormecidos más de 3 o 4 horas después del procedimiento.
- Si el sitio de la extracción duele mucho. Este puede ser un signo de que tiene alveolitis seca.
- Si tiene una infección, el odontólogo suele recetar antibióticos.
¿Qué es?
La extracción dental es el retiro de un diente de su cavidad alveolar del hueso maxilar o mandibular.
Para qué se usa
Si un diente se ha roto o dañado por caries, su dentista intentará arreglarlo con una obturación dental, una corona u otro tratamiento. No obstante, a veces el diente está muy dañado y no puede repararse. En este caso, se debe extraer. Un diente muy flojo también se deberá extraer si no se puede salvar, incluso con cirugía de reemplazo de hueso (injerto óseo).
Estos son otros motivos:
Algunas personas tienen dientes adicionales que impiden que otros dientes salgan.
A veces, los dientes de leche no se caen a tiempo como para permitir que los dientes permanentes salgan.
Las personas que deben usar aparatos podrán necesitar que se les extraigan dientes a fin de hacer espacio para los dientes que se están acomodando.
Las personas que reciben radiación en la cabeza y en el cuello podrán necesitar que se les extraigan dientes que se encuentren en el campo de radiación.
Las personas que reciben medicamentos contra el cáncer pueden padecer infecciones en los dientes porque dichos medicamentos debilitan el sistema inmunitario. Podrá ser necesaria la extracción de los dientes infectados.
Algunos dientes se podrán tener que extraer si pueden volverse una fuente de infección después de un trasplante de órgano. Las personas con trasplantes de órganos tienen un alto riesgo de infección porque deben tomar medicamentos que reducen o suprimen el sistema inmunitario.
Las muelas de juicio, también conocidas como «terceros molares», se suelen extraer antes o después de salir. Por lo general, salen a fines de la adolescencia o a principios de los 20 años. Se deben extraer si tienen caries, causan dolor, o tienen un quiste o una infección. Estos dientes suelen atascarse en la mandíbula y no salen. Esto puede irritar las encías, lo que genera dolor e hinchazón. En este caso, se deben extraer. Si necesita que le extraigan las cuatro muelas de juicio, esto se suele hacer en el mismo momento.
Si espera someterse a un tratamiento con medicamentos intravenosos llamados «bifosfonatos» debido a una afección médica, asegúrese de consultar a su odontólogo primero. Si se necesita extraer algún diente, esto se debería hacer antes de que comience el tratamiento. Realizarse una extracción dental después de un tratamiento con bifosfonatos aumenta el riesgo de osteonecrosis (muerte del hueso) en la mandíbula.
Preparación
Su odontólogo o su cirujano bucal tomará una radiografía del área para ayudar a planificar la mejor manera de extraer el diente. Asegúrese de proporcionar sus antecedentes médicos y dentales completos y una lista de todos los medicamentos que toma. Esto debería incluir los medicamentos, las vitaminas y los suplementos tanto recetados como de venta libre.
Si le van a extraer una muela de juicio, podrán hacerle una radiografía panorámica. Esta radiografía toma una fotografía de todos los dientes de una vez. Puede mostrar varias cosas que ayudan a guiar una extracción:
La relación de la muela de juicio con los otros dientes.
La relación de los dientes superiores con los senos paranasales.
La relación de los dientes inferiores con un nervio de la mandíbula que le da sensibilidad a la mandíbula, los dientes inferiores, el labio inferior y el mentón. Este nervio se llama «nervio alveolar inferior».
Cualquier infección, tumor o enfermedad ósea que pueda estar presente.
Algunos médicos recetan antibióticos para que se tomen antes y después de la cirugía. Esta práctica varía según el dentista o el cirujano bucal. Hay más probabilidades de que le den antibióticos en los siguientes casos:
Si tiene una infección al momento de la cirugía.
Si tiene un sistema inmunitario debilitado.
Si se someterá a una cirugía prolongada.
Si tiene afecciones médicas específicas.
Se le podrá administrar anestesia de forma intravenosa, lo que puede ir desde sedación consciente hasta anestesia general. De ser así, su médico le dará instrucciones para seguir. Debería usar ropa con mangas cortas o con mangas que se puedan enrollar hacia arriba con facilidad. Esto permite la colocación de una vía intravenosa. No coma ni beba nada durante seis a ocho horas antes del procedimiento.
Si tiene tos, congestión nasal o un resfrío hasta una semana antes de la cirugía, llame a su médico. Este podrá querer evitar la anestesia hasta que se le pase el resfrío. Si tuvo náuseas y vómitos la noche anterior al procedimiento, llame al consultorio del médico a primera hora de la mañana. Podrá necesitar cambiar la anestesia planificada o se podrá tener que reprogramar la extracción.
No fume el día de la cirugía. Esto puede aumentar el riesgo de padecer un problema doloroso que se llama «alveolitis seca».
Después de la extracción, alguien deberá llevarlo a su casa y quedarse allí con usted. Se le darán instrucciones para que siga después de la cirugía. Es muy importante que las cumpla.
Cómo se hace
Hay dos tipos de extracciones:
Una extracción simple se realiza con un diente que se puede ver en la boca. Los odontólogos generales suelen hacer extracciones simples. En una extracción simple, el odontólogo afloja el diente con un instrumento llamado «elevador». Luego, usa un instrumento que se llama «fórcep» para extraer el diente.
Una extracción quirúrgica es un procedimiento más complejo. Se usa si un diente puede haberse roto en la línea de las encías o aún no ha salido. Las extracciones quirúrgicas las suelen hacer los cirujanos buclaes. Sin embargo, también las hacen los odontólogos generales. El médico realiza una pequeña incisión (corte) en la encía. A veces, es necesario extraer parte del hueso que hay alrededor del diente o cortar el diente por la mitad para poder extraerlo.
Las extracciones más simples se pueden hacer con solo una inyección (un anestésico local). Usted podrá o no recibir medicamentos que lo ayuden a relajarse. En el caso de una extracción quirúrgica, recibirá anestesia local y también se le podrá administrar anestesia por una vena (vía intravenosa). Algunas personas podrán necesitar anestesia general. Esto incluye a pacientes con afecciones médicas o conductuales específicas y a niños pequeños.
Si recibe sedación consciente, se le podrán administrar esteroides así como otros medicamentos por vía intravenosa. Los esteroides ayudan a reducir la inflamación y a mantenerlo sin dolor después del procedimiento.
Durante una extracción dental, puede esperar sentir presión, pero no dolor. Si siente algún dolor o pinchazo, infórmele al médico.
Seguimiento
Su médico le dará instrucciones detalladas sobre qué hacer y qué esperar después de la cirugía. Si tiene alguna pregunta, asegúrese de hacerla antes de irse del consultorio.
La extracción de un diente es una cirugía. Usted puede esperar alguna molestia incluso después de someterse a extracciones simples. Por lo general, es leve. Estudios han demostrado que tomar antiinflamatorios no esteroides puede ayudar mucho a disminuir el dolor después de una extracción dental. Estos medicamentos incluyen ibuprofeno (como Advil, Motrin y otros). Tome la dosis que su médico recomiende, de 3 a 4 veces al día. Tome las primeras píldoras antes de que se vaya el efecto de la anestesia local. Continúe tomándolas durante 3 días. Pídale a su médico instrucciones completas.
Las extracciones quirúrgicas suelen causar más dolor después del procedimiento que las extracciones simples. El nivel de molestia y su duración dependerán de cuán difícil haya sido extraer el diente. Su odontólogo podrá prescribirle analgésicos por algunos días y luego recomendarle antiinflamatorios no esteroides. La mayor parte del dolor desaparece después de un par de días.
Un corte en la boca suele sangrar más que un corte en la piel porque no se puede secar y formar una costra. Después de una extracción, se le pedirá que muerda un trozo de gaza durante 20 a 30 minutos. Esta presión permitirá que la sangre coagule. Igual tendrá un pequeño sangrado durante las próximas 24 horas. Después de eso, debería disminuir. No toque el coágulo que se forma en la herida.
Puede colocarse compresas frías en la cara para reducir la inflamación. Por lo general, se dejan durante 20 minutos por vez y se retiran por otros 20 minutos. Si tiene la mandíbula dolorida y rígida después de que desaparezca la inflamación, pruebe con compresas tibias.
Coma alimentos suaves y frescos durante unos días. Luego, pruebe otras comidas a medida que se vaya sintiendo cómodo.
Un enjuague suave con agua salada tibia, a partir de las 24 horas posteriores a la cirugía, puede ayudar a mantener el área limpia. Use media cucharadita de sal en una taza de agua. La mayor parte de la hinchazón y del sangrado finaliza uno o dos días después de la cirugía. La cicatrización inicial toma al menos dos semanas.
Si necesita puntos de sutura, su médico podrá usar los que se disuelven por sí solos. Esto suele tomar entre una y dos semanas. Enjuagarse con agua salada tibia ayudará a que los puntos se disuelvan. Algunos puntos los debe extraer el dentista o el cirujano.
Después de la cirugía, no debe fumar, usar popote, ni escupir. Estas acciones pueden sacar el coágulo del orificio en donde estaba el diente. No fume el día de la cirugía, tampoco fume entre las 24 y las 72 horas posteriores a la extracción dental.
Riesgos
Existe un problema llamado «alveolitis seca» que surge en el 3 % o el 4 % de todas las extracciones. Esto ocurre cuando no se forma un coágulo en el orificio o el coágulo se desprende o se destruye demasiado pronto.
En una alveolitis seca, el hueso subyacente queda expuesto al aire y a los alimentos. Esto puede ser muy doloroso, y puede causar mal olor o sabor. Por lo general, la alveolitis seca comienza a causar dolor al tercer día después de la cirugía.
Se produce hasta en el 30 % de las veces que se extraen dientes impactados. Tiene más probabilidades de ocurrir después de extracciones difíciles. Los fumadores y las mujeres que toman anticonceptivos orales tienen más probabilidades de padecer alveolitis seca. Fumar el día de la cirugía aumenta más el riesgo. La alveolitis seca debe tratarse con un apósito con medicación para detener el dolor y para motivar la curación del área.
Puede producirse una infección después de la extracción. Sin embargo, es probable que a usted no le ocurra si tiene un sistema inmunitario saludable.
Otros problemas potenciales incluyen lo siguiente:
Daño accidental a dientes cercanos, como fractura de obturaciones o de dientes.
Una extracción incompleta, en la que la raíz del diente permanece en la mandíbula. Su odontólogo suele quitar la raíz para prevenir una infección, pero a veces es menos riesgoso dejar una pequeña punta de la raíz.
Una fractura mandibular por la presión que se hizo en la mandíbula durante la extracción. Esto ocurre con mayor frecuencia en ancianos con osteoporosis (adelgazamiento) del hueso mandibular.
Un orificio en un seno paranasal durante la extracción de un diente posterior superior (molar). Un pequeño orificio suele cerrarse solo en unas semanas. De lo contrario, podrá ser necesaria otra cirugía.
Dolor en los músculos o en las articulaciones mandibulares. Podrá ser difícil para usted abrir bien la boca. Esto puede ocurrir por las inyecciones, por mantener la boca abierta o por una presión excesiva sobre la mandíbula.
Entumecimiento prolongado del labio inferior y del mentón. Este es un problema poco común. Se produce por una lesión al nervio alveolar inferior del maxilar inferior. La cicatrización completa podrá tomar de tres a seis meses. En casos poco frecuentes, el entumecimiento podrá ser permanente.
Cuándo llamar a un profesional
Llame a su odontólogo o a su cirujano bucal en los siguientes casos:
- Si la inflamación empeora en lugar de mejorar.
- Si tiene fiebre, escalofríos o enrojecimiento.
- Si presenta problemas para tragar.
- Si hay un sangrado incontrolable en el área.
- Si el área continúa supurando o sangrando después de las primeras 24 horas.
- Si la lengua, el mentón o el labio se sienten como adormecidos más de 3 o 4 horas después del procedimiento.
- Si el sitio de la extracción duele mucho. Este puede ser un signo de que tiene alveolitis seca.
- Si tiene una infección, el odontólogo suele recetar antibióticos.