La prevención bucal es el mejor camino para evitar enfermedades y grandes gastos en el consultorio del dentista. En resumen, es la mejor forma de conservar la salud bucal. Puede dividirse en dos partes:
Parece complicado, pero es más fácil y habitual de lo que se imagina.
El grupo 1 incluye los cuidados básicos que todo el mundo debe adoptar, como cepillarse los dientes después de las comidas y usar hilo dental. Por su parte, el grupo 2 lo invita a revisar algunos hábitos. ¿Visita al dentista regularmente o solo hace consultas cuando tiene algún problema?
Si eligió la segunda opción, debe saber que adoptar una rutina de consultas es uno de los puntos clave de la prevención bucal. Por eso, es importante realizar esas visitas como factor preventivo, y no solo correctivo.
En pocas palabras, la prevención oral no es complicada. Sino todo lo contrario, se trata de combinar algunas “tareas” que ya realiza a diario y solo requiere un pequeño cambio en la forma de enfocar las visitas al dentista, convirtiéndolas en parte de una rutina de cuidado de la boca y los dientes.
¿Qué le parecería conocer algunos hábitos de prevención oral que contribuyen (y mucho) a su salud? Vea a continuación.
En Latinoamérica, muchas personas insisten en consultar al dentista solo cuando les molesta una caries o cuando ocurren accidentes menores, como la rotura de un diente o algo por el estilo.
Vamos a revelar un secreto: además de ser perjudicial para la prevención activa, este tipo de hábito puede ser muy costoso.
Las visitas periódicas ayudan a identificar los problemas en una fase temprana y evitan que padezca problemas como caries, gingivitis, etc.
Y quienes solo acuden al dentista para recibir tratamiento acaban sufriendo el doble, es decir, mientras están sentados en el sillón y cuando llega el momento de pagar la factura; al fin y al cabo, los tratamientos para curar problemas bucales suelen ser más caros que las consultas preventivas.
Por eso, deje a un lado la idea de que el dentista es para las urgencias y programe una visita cada seis meses para controlar su salud bucal.
Es un consejo básico pero siempre es bueno remarcarlo: es importante cepillar los dientes después de las comidas siempre. En general, hacemos 3 grandes comidas: desayuno, almuerzo y cena.
Cepille siempre sus dientes después de comer, y hágalo con suavidad, cuidado y prestando atención. No se cepille con prisa ni con demasiada fuerza.
La falta de atención puede hacer que se olvide de limpiar toda la boca, mientras que demasiada fuerza puede dañar las encías (y hacer que tenga que cambiar de cepillo en mucho menos tiempo).
Y aquí va otro consejo para el cuidado oral: ¡no olvide limpiarse también la lengua!
Debe limpiarse con un cepillo de cerdas suaves o con un limpiador específico, que puede encontrar fácilmente en farmacias y supermercados.
Luego de cepillarse los dientes, su rutina de prevención bucal debe incluir otras dos etapas rápidas: pasar hilo dental y hacer buches con enjuague bucal.
El hilo dental completa la rutina del cuidado de los dientes, limpiando las zonas donde el cepillo no llega.
El enjuague bucal, por su parte, “baña” la boca con sustancias que eliminan las bacterias y ayudan a controlar la placa y el sarro, dos causas de problemas como las enfermedades bucales y el mal aliento.
Una buena rutina de prevención bucal también implica un poco de cuidado y atención a la hora de elegir los productos de higiene bucal.
Elija cepillos del tamaño adecuado y cerdas suaves, y no olvide escoger una pasta de dientes de calidad.
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**Con el cepillado 2 veces por día y uso continuo por 4 semanas.
Las enfermedades bucales tienen distintos orígenes. Pueden deberse a una higiene deficiente, a una dieta desequilibrada rica en azúcares o a otros factores como la genética o los cambios en el organismo.
Enfermedades como la gingivitis, la periodontitis y la caries suelen aparecer cuando una persona no adopta hábitos de higiene bucal rigurosos.
El cuidado de la boca debe empezar desde la infancia, cuando empiezan a salir los primeros dientes. Esto suele ocurrir alrededor de los 6 meses de edad. Conviene recordar que aplicar las recomendaciones para el cuidado de los dientes desde una edad temprana puede ayudar a prevenir problemas dentales en el futuro.
La finalidad de este artículo es fomentar la comprensión y el conocimiento de temas generales de salud oral. Su propósito no es sustituir la opinión, el diagnóstico o el tratamiento profesionales. Solicita siempre la opinión experta de tu dentista u otro proveedor de salud Calificado y Dile siempre cualquier pregunta que tengas en relación con alguna enfermedad o tratamiento médico.
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