Ya lo dice el dicho: “prevenir es mejor que curar”. Este sabio consejo puede aplicarse a diversos problemas y desafíos de nuestra vida cotidiana, incluida la salud bucal. Es lo que los especialistas llaman “prevención bucal”.
En la práctica, la prevención bucal no exige ningún tipo de conocimiento técnico. Todo lo que necesita hacer es adoptar algunos hábitos de higiene y prestar atención al calendario para agendar visitas de control odontológico.
¿Le gustaría saber en qué consiste la prevención oral y cuáles son sus beneficios para la salud? Siga leyendo y obtenga respuestas para sus preguntas.
Prevención bucal: los cuidados diarios que marcan la diferencia
La prevención bucal es el mejor camino para evitar enfermedades y grandes gastos en el consultorio del dentista. En resumen, es la mejor forma de conservar la salud bucal. Puede dividirse en dos partes:
- acciones que puede (y debe) llevar a cabo en su rutina;
- acciones que requieren el seguimiento de un profesional.
Parece complicado, pero es más fácil y habitual de lo que se imagina.
El grupo 1 incluye los cuidados básicos que todo el mundo debe adoptar, como cepillarse los dientes después de las comidas y usar hilo dental. Por su parte, el grupo 2 lo invita a revisar algunos hábitos. ¿Visita al dentista regularmente o solo hace consultas cuando tiene algún problema?
Si eligió la segunda opción, debe saber que adoptar una rutina de consultas es uno de los puntos clave de la prevención bucal. Por eso, es importante realizar esas visitas como factor preventivo, y no solo correctivo.
En pocas palabras, la prevención oral no es complicada. Sino todo lo contrario, se trata de combinar algunas “tareas” que ya realiza a diario y solo requiere un pequeño cambio en la forma de enfocar las visitas al dentista, convirtiéndolas en parte de una rutina de cuidado de la boca y los dientes.
Detalles que marcan la diferencia: 4 hábitos que contribuyen a la prevención bucal.
¿Qué le parecería conocer algunos hábitos de prevención oral que contribuyen (y mucho) a su salud? Vea a continuación.
Visitas periódicas al dentista
En Latinoamérica, muchas personas insisten en consultar al dentista solo cuando les molesta una caries o cuando ocurren accidentes menores, como la rotura de un diente o algo por el estilo.
Vamos a revelar un secreto: además de ser perjudicial para la prevención activa, este tipo de hábito puede ser muy costoso.
Las visitas periódicas ayudan a identificar los problemas en una fase temprana y evitan que padezca problemas como caries, gingivitis, etc.
Y quienes solo acuden al dentista para recibir tratamiento acaban sufriendo el doble, es decir, mientras están sentados en el sillón y cuando llega el momento de pagar la factura; al fin y al cabo, los tratamientos para curar problemas bucales suelen ser más caros que las consultas preventivas.
Por eso, deje a un lado la idea de que el dentista es para las urgencias y programe una visita cada seis meses para controlar su salud bucal.
Cepillarse los dientes al menos 3 veces al día
Es un consejo básico pero siempre es bueno remarcarlo: es importante cepillar los dientes después de las comidas siempre. En general, hacemos 3 grandes comidas: desayuno, almuerzo y cena.
Cepille siempre sus dientes después de comer, y hágalo con suavidad, cuidado y prestando atención. No se cepille con prisa ni con demasiada fuerza.
La falta de atención puede hacer que se olvide de limpiar toda la boca, mientras que demasiada fuerza puede dañar las encías (y hacer que tenga que cambiar de cepillo en mucho menos tiempo).
Y aquí va otro consejo para el cuidado oral: ¡no olvide limpiarse también la lengua!
Debe limpiarse con un cepillo de cerdas suaves o con un limpiador específico, que puede encontrar fácilmente en farmacias y supermercados.
No olvide que el hilo dental y el enjuague bucal son aliados del cepillado
Luego de cepillarse los dientes, su rutina de prevención bucal debe incluir otras dos etapas rápidas: pasar hilo dental y hacer buches con enjuague bucal.
El hilo dental completa la rutina del cuidado de los dientes, limpiando las zonas donde el cepillo no llega.
El enjuague bucal, por su parte, “baña” la boca con sustancias que eliminan las bacterias y ayudan a controlar la placa y el sarro, dos causas de problemas como las enfermedades bucales y el mal aliento.
Elija una pasta de dientes de calidad
Una buena rutina de prevención bucal también implica un poco de cuidado y atención a la hora de elegir los productos de higiene bucal.
Elija cepillos del tamaño adecuado y cerdas suaves, y no olvide escoger una pasta de dientes de calidad.
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**Con el cepillado 2 veces por día y uso continuo por 4 semanas.