El sarro, como ya hemos comentado, es una placa endurecida. Se forma en la línea de las encías, y por debajo y por encima de estas, y puede irritar los tejidos gingivales. Dado que el sarro en los dientes proporciona a la placa más superficie en la que crecer y una superficie mucho más pegajosa a la que adherirse, puede provocar caries y enfermedades de las encías. Cuando el sarro se acumula por encima de la línea de las encías, el tejido puede inflamarse y sangrar con facilidad (esto se llama gingivitis).
El sarro también puede ser un problema estético, ya que es bastante poroso y absorbe las manchas con facilidad. Por lo tanto, si usted bebe café o té o fuma, es aún más imperativo prevenir la acumulación de sarro.
A diferencia de la placa, una película incolora de bacterias, el sarro es una acumulación mineral bastante fácil de ver si está por encima de la línea de las encías. El signo más frecuente del sarro es un color amarillo o marrón en los dientes o las encías. La única forma de detectar el sarro —y de eliminarlo— es acudir a su dentista o higienista dental.
Un cepillado adecuado, especialmente con una pasta de dientes para control de sarro y el uso del hilo dental son esenciales para reducir la placa y la acumulación de sarro. También lo es visitar al dentista con regularidad.
Una vez que se ha formado el sarro, solo su dentista o higienista dental puede eliminarlo. El proceso para eliminar el sarro se denomina raspado dental. Durante el raspado dental, el dentista o higienista dental usa herramientas especiales (esas herramientas filosas que ve cuando visita al dentista) para retirar el sarro de los dientes por encima y por debajo de la línea de las encías. La clave es que se asegure de limpiar hasta el fondo de la bolsa del diente.
Si hace tiempo que no acude al dentista y se le ha acumulado sarro, el detartraje también es una opción. Se trata de un procedimiento que elimina los depósitos densos o espesos del diente. Durante el detartraje se aplica anestesia local y, a continuación, se raspa el diente con un instrumento manual o un raspador ultrasónico. Consiste en el uso de agua y vibraciones de alta frecuencia para desalojar la acumulación de sarro de los dientes.
Si no se elimina el sarro, su salud bucal corre peligro. El sarro daña el tejido gingival y puede hacer que las encías sangren y se separen de los dientes. Por lo tanto, puede convertirse en una forma avanzada de enfermedad de las encías llamada periodontitis. A medida que la periodontitis se extiende, puede dañar el tejido más profundo de las encías y acabar extendiéndose a zonas del hueso maxilar, lo que provoca que los dientes se aflojen y se caigan.
Ahora ya conoce todo sobre el sarro. El sarro procede de la placa que no se elimina con el cuidado regular de los dientes. Y, como ya hemos comentado, se necesita un profesional para eliminarlo. Su eliminación es esencial para prevenir las enfermedades de las encías. Recuerde mantener al día su higiene bucal, ya que es lo mejor que puede hacer para prevenir la acumulación de sarro. Si observa un color amarillo o marrón en los dientes o las encías, consulte a su dentista lo antes posible. Ocuparse del sarro es esencial para mantener su salud bucal y una bonita sonrisa.
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La finalidad de este artículo es fomentar la comprensión y el conocimiento de temas generales de salud oral. Su propósito no es sustituir la opinión, el diagnóstico o el tratamiento profesionales. Solicita siempre la opinión experta de tu dentista u otro proveedor de salud Calificado y Dile siempre cualquier pregunta que tengas en relación con alguna enfermedad o tratamiento médico.