Los músculos de la cara pueden realizar muchos movimientos detallados. El cigomático mayor es uno de los músculos más importantes responsables de la sonrisa.
¿Cómo le ayuda este músculo a sonreír?
Si miramos el cráneo, el músculo empieza en el hueso cigomático, que se conoce como el hueso pómulo o hueso malar, y llega hasta la comisura de los labios, de acuerdo con un estudio de la Revista Internacional de Anatomía e Investigación (International Journal of Anatomy and Research, IJAR). Cuando el músculo cigomático mayor se contrae, jala las comisuras de los labios hacia arriba y hacia los lados. Puede imaginarse este movimiento como si un hilo jalara ambas comisuras hacia sus orejas, lo que da como resultado una sonrisa. Cuando el músculo se relaja, los labios regresan a su posición normal de descanso.
El nervio facial transmite mensajes entre su cerebro y sus músculos para dar pie a los movimientos del cigomático mayor, así como de todos los músculos encargados de las expresiones faciales, según la Escuela de Medicina de Yale. Además de controlar las expresiones faciales, este nervio tiene muchas funciones únicas, incluyendo la transmisión del sentido del gusto de los dos tercios frontales de la lengua y la percepción de sensaciones en algunas partes de las orejas.
¿De dónde vienen los hoyuelos?
Quizá alguna vez se ha preguntado por qué algunas personas tienen hoyuelos y otras no: el músculo cigomático mayor también juega un papel en este fenómeno. Según se explica en la revista IJAR, los hoyuelos son el resultado de algunas variaciones naturales en el músculo cigomático mayor que se presentan entre las personas. El fenómeno es, de hecho, una anomalía de nacimiento que hace que el músculo se divida, pero, por fortuna, es una anomalía que a la mayoría de las personas no les molesta. Como dato curioso, se pueden crear hoyuelos artificiales mediante una cirugía plástica.
Parálisis de los músculos faciales
Tener un rango de movimiento limitado en los músculos faciales puede ser un obstáculo importante, tanto en términos físicos como sociales. La incapacidad de sonreír en los momentos indicados puede malinterpretarse como desinterés o infelicidad aunque este no sea el caso en absoluto. Algunas de las condiciones que pueden causar este problema incluyen la parálisis de Bell, los traumatismos, las lesiones durante las cirugías faciales, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer de las glándulas salivales, explica el Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio (Ohio State University Wexner Medical Center, OSUWMC).
Algunas de estas condiciones son temporales, pero otras pueden causar una alteración permanente de las expresiones faciales normales. El OSUWMC recomienda acudir a un especialista en nervios faciales si la función muscular del paciente no mejora en tres a seis meses. Si el problema es causado por una alteración de los nervios y no se le da tratamiento en los siguientes dos años, el músculo afectado podría sufrir daños permanentes.
Su médico le puede ayudar a diagnosticar la causa de su parálisis facial y decirle qué medidas debe tomar para recuperar su sonrisa. Los tratamientos pueden incluir transplantes de nervios, transplantes musculares o inyecciones de toxina botulínica, dependiendo de cuál sea la causa subyacente.
Le aseguramos que si pierde la habilidad de sonreír por un tiempo debido a una parálisis de los músculos faciales, sus proveedores de atención médica le podrán ayudar a encontrar el mejor tratamiento. Así, cuando vuelva a sonreír en grande, podrá agradecerle a su músculo cigomático mayor por esta posibilidad.