Mujer mayor y mujer adulta compartiendo

¿Tenés dificultad para tragar?

Todos hemos tenido problemas para tragar la comida en algún momento, sobre todo si comimos demasiado rápido, tragamos demasiada comida de golpe o no masticamos lo suficiente los alimentos. Por lo general, no es nada grave.

Pero si sentís que la comida se te queda atascada en la garganta al tragar más de lo habitual, puede ser un motivo de preocupación. Podrías sufrir disfagia, una afección en sí misma o un síntoma de otra afección más importante.

Si sospechás que podés padecer disfagia, conocé los tipos, los factores de riesgo y sus causas. Los tratamientos pueden ayudarte a controlar la afección, pero tené en cuenta los síntomas de la disfagia para buscar tratamiento lo antes posible. El acto habitual de tragar es un logro sorprendentemente complejo que de costumbre hacemos sin esfuerzo.

Cómo tragamos

Por increíble que parezca, se necesitan 50 pares de músculos y varios nervios para tragar. Llevar alimentos, bebidas y medicamentos de la boca al estómago es un proceso que consta de tres pasos, según explica el Instituto Nacional de Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación de EE. UU. (National Institute on Deafness and Other Communication Disorders, NIDCD).

Paso 1: La lengua, la mandíbula y, a menudo, los dientes trabajan junto con la saliva para prepararlo antes de tragar algo.

Paso 2: La lengua recoge el producto que se va a tragar hacia la parte posterior de la boca, activando la respuesta de deglución. Esto, a su vez, permite que el producto ingerido pase por la garganta y, más concretamente, la faringe.

Paso 3: La comida, la bebida o el medicamento desciende por el esófago hasta el estómago.

Factores de riesgo y causas de la disfagia

Para completar fácilmente este proceso de deglución en 3 pasos, los 50 músculos y nervios deben funcionar debidamente. Los factores de riesgo habituales del envejecimiento y ciertas dolencias pueden provocar una anomalía en el proceso o disfagia.

Envejecimiento: Aunque la disfagia puede ocurrir a cualquier edad, suele ser un problema con las personas mayores. En mayores de 65 años, hasta un 20 por ciento sufre disfagia, tal como señala una investigación publicada en Geriatrics. El porcentaje de personas que experimentan disfagia aumenta al hacerse mayores, volverse más frágiles o tener ciertas dolencias.

Ciertas afecciones médicas y de salud bucal: Sea cual sea su edad, las personas con ciertos trastornos que afectan a los nervios y músculos necesarios para tragar pueden experimentar disfagia. Las condiciones que pueden ocasionar disfagia son:

  • Trastornos neurológicos, como la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple, la distrofia muscular, la parálisis cerebral, los accidentes cerebrovasculares, la demencia o la enfermedad de Alzheimer
  • Lesiones en la cabeza y la médula espinal que producen trastornos neurológicos
  • Tumores en la boca, la garganta o el esófago
  • Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE)
  • Esófago estrecho derivado de tumores o ERGE
  • Corazón agrandado y sometido a cirugía a corazón abierto
  • Paladar hendido
  • Dientes defectuosos no tratados, como muelas del juicio cariadas
  • Dentaduras postizas que necesitan reparación
  • Condiciones provocadas por el tabaquismo y el consumo de alcohol.

Además, ciertos medicamentos pueden afectar a la capacidad de tragar, al igual que el tratamiento con radiación de los cánceres de cabeza y cuello. La Clínica Mayo señala algunas causas de la disfagia menos conocidas:

  • Las condiciones que afectan al esófago incluyen: acalasia, espasmos difusos, esofagitis eosinofílica y esclerodermia.
  • Con el divertículo faringoesofágico (divertículo de Zenker), puede formarse una pequeña bolsa recolectora de alimentos, habitualmente por encima del esófago.

Tratamiento y manejo

El tratamiento de las dificultades para tragar varía en función de la gravedad, la causa y el tipo de disfagia, algo que debe comentar con su profesional médico. Los tratamientos básicos en los dos tipos de disfagia suelen incluir procedimientos terapéuticos, medicinales o ambulatorios.

Disfagia orofaríngea: El médico puede derivarte a un terapeuta del habla, que te enseñará ejercicios para coordinar los músculos y estimular los nervios responsables de tragar. También podés aprender a adoptar las posiciones de la cabeza que facilitan la deglución.

Disfagia esofágica: Los tratamientos pueden incluir estirar el esófago con un globo especial, intervenir con cirugía para extirpar tumores o limpiar el esófago. Los medicamentos pueden aliviar los problemas asociados a la enfermedad de ERGE. Pueden recetarse corticosteroides para tratar la esofagitis.

Para controlar cualquier tipo de disfagia, es recomendable introducir cambios en la forma de comer:

  • Comer bocados más pequeños
  • Masticar más a conciencia
  • Ingerir alimentos más blandos
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También se pueden aprender métodos conductuales para reducir la ansiedad al tragar.

Tragar parece una función corporal básica. A veces, sin embargo, los problemas médicos dificultan algo tan esencial para el bienestar. Al conocer los factores de riesgo, las causas y los síntomas de la disfagia, posiblemente recuperes la capacidad de tragar o la facilidad para hacerlo con tratamiento y cuidado.

La finalidad de este artículo es fomentar la comprensión y el conocimiento de temas generales de salud oral. Su propósito no es sustituir la opinión, el diagnóstico o el tratamiento profesionales. Solicita siempre la opinión experta de tu dentista u otro proveedor de salud Calificado y Dile siempre cualquier pregunta que tengas en relación con alguna enfermedad o tratamiento médico.