Los medicamentos genéricos se consideran "copias" de los medicamentos de marca porque deben contener el mismo ingrediente activo, tener la misma potencia y usar la misma forma de dosificación (por ejemplo, tableta o líquido) y la misma vía de administración (por ejemplo, oral o tópica). Una diferencia clave es el momento en el que se vuelven disponibles en el mercado. La Administración de Medicamentos y Alimentos (Food and Drug Administration, FDA) de los Estados Unidos señala que, una vez que se desarrolla un medicamentos de marca, otras compañías deben esperar a que expiren todas las patentes y los periodos de exclusividad antes de poner a la venta las versiones genéricas del medicamento. Dicho esto, es posible que los dos medicamentos no sean exactamente iguales. Según un artículo de revisión publicado en la Revista Farmacéutica Saudí (Saudi Pharmaceutical Journal), aunque los ingredientes activos sean idénticos, los ingredientes inactivos de los medicamentos genéricos y los de marca pueden variar.
Además, los genéricos se pueden vender a un precio más bajo que los de marca. De hecho, la FDA señala que los medicamentos genéricos pueden resultar en un ahorro de hasta un 85 % del costo del medicamento de marca.