La glándula submandibular es uno de los tres tipos de glándulas que llevan saliva a la boca. Los otros dos tipos de glándulas salivales son las glándulas parótidas y las glándulas sublinguales. La saliva juega un papel importante en el proceso de masticación y digestión de los alimentos, así como en la prevención de las caries, por lo que los problemas con las glándulas salivales pueden tener consecuencias graves para la salud bucal.
Ubicación de la glándula submandibular
Las glándulas submandibulares son dos y tienen el tamaño de una nuez. Se encuentran de cada lado del rostro, debajo y adelante de la mandíbula, en la parte posterior de la boca. La saliva viaja desde las glándulas a través de conductos que llegan hasta la parte inferior de la lengua, por donde entra a la boca, de acuerdo con la Academia Americana de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (American Academy of Otolaryngology – Head and Neck Surgery, AAOHNS).
Función de la glándula submandibular
La glándula submandibular y las otras glándulas salivales son indispensables para la digestión y para mantener una buena salud bucal. La saliva contiene enzimas que inician el proceso de descomposición de los alimentos antes de que lleguen al estómago, además de que humedece la comida para que pueda deslizarse con facilidad a través del esófago. Más aún, la saliva contiene minerales que reducen los niveles de ácidos dañinos en la boca. Sin su efecto protector, estos ácidos pueden corroer el esmalte dental dando paso a las caries.
Aun cuando la saliva esté haciendo un buen trabajo al proteger el esmalte dental, nunca está demás reforzar la salud bucal. Considere el uso de un enjuague bucal que fortalezca el esmalte de los dientes para prevenir las caries incluso en los lugares difíciles de alcanzar con un cepillo dental.
Problemas con la glándula submandibular
Los problemas con esta glándula incluyen bloqueos, infecciones, tumores y aumentos de tamaño. Según explica la AAOHNS, es posible que se formen cálculos en la glándula que pueden impedir la liberación de la saliva, ocasionando dolor e inflamación. Los síntomas de una glándula bloqueada suelen presentarse al comer y al beber. Cuando esto ocurre, pueden crecer bacterias en la saliva retenida, lo que a su vez puede resultar en una infección. Las infecciones también pueden llegar a las glándulas submandibulares desde algún ganglio linfático infectado que se encuentre cerca.
También es posible que se desarrollen tumores benignos o malignos en las glándulas submandibulares, que se presentan como agrandamientos o inflamaciones en la zona. Se recomienda que los pacientes con un agrandamiento glandular acudan al médico, sobre todo si la inflamación es dolorosa u ocasiona una pérdida de movimiento. Otras causas del agrandamiento de las glándulas submandibulares incluyen el síndrome de Sjögren, el VIH, la diabetes, la artritis reumatoide y el alcoholismo.
Las glándulas submandibulares están escondidas debajo de la mandíbula, por lo que es fácil dar por sentado el papel esencial que juegan en el suministro de saliva a la boca. Si usted experimenta molestias en estas glándulas, si aumentan de tamaño o si su boca se siente seca, no dude en consultar a su dentista. Tratar los problemas de la glándula submandibular mejorará su salud general.