Echá un vistazo a la sección de cuidado bucal del supermercado o la farmacia local y quizás te dé vueltas la cabeza ante la amplia variedad de enjuagues bucales y otros productos para el cuidado bucal disponibles. Cada uno está etiquetado de forma ligeramente diferente y promete diferentes beneficios como "anticaries", "antibacterial", "antiséptico", "refrescante" y así sucesivamente. Pero a la hora de elegir un producto, ¿existe realmente alguna diferencia entre el enjuague bucal antiséptico y el antibacteriano? ¿Y cómo saber cuál es el ideal para tus necesidades?
Enjuague bucal antimicrobiano frente a enjuague bucal antiséptico frente a enjuague bucal antibacterial
Si ve "antimicrobiano", "antibacterial" o "antiséptico" en la etiqueta de un frasco de enjuague bucal, es importante entender que esas palabras no están solo para impresionarlo. Tienen significados concretos. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estadounidenses definen los productos antimicrobianos como aquellos diseñados para matar o inactivar varios tipos de microbios, como hongos, bacterias, parásitos y virus.
Los agentes antibacteriales (o antibióticos) matan, ralentizan o inactivan concretamente las bacterias. Como explica Merck Manuals, los términos "antibacterial" y "antibiótico" a menudo se usan indistintamente. Técnicamente, los antibióticos son agentes antimicrobianos derivados de bacterias o mohos más que de otros microorganismos. Los antibióticos están diseñados para tratar una infección activa en el organismo, como señala la Sociedad de Microbiología, y se pueden administrar por vía tópica o sistémica.
Por el contrario, los productos antisépticos generalmente se extienden sobre un área específica para reducir el riesgo de infección, según la Sociedad de Microbiología. Los productos antibacteriales solo atacan las bacterias, mientras que los agentes antisépticos y antimicrobianos pueden incidir en diversos tipos de microbios. Si comparamos un enjuague bucal antiséptico con uno antibacterial, el primero cubre un amplio espectro de organismos, mientras que el segundo cubre unos específicos.
Si ves un producto antimicrobiano, antibacterial o antiséptico en un frasco de enjuague bucal, podés estar seguro de que el enjuague está pensado para inhibir los microbios dañinos para la salud bucal.
¿Cómo elegir?
Con tantas opciones de enjuagues bucales, ¿cómo elegir el producto ideal? Si tenés dudas, te será útil hablar con el odontólogo sobre el uso del enjuague bucal. Este puede recomendarte el enjuague bucal más adecuado para el motivo de tu inquietud, ya sea enfermedad de las encías, sequedad bucal o mal aliento. En algunos casos, un enjuague bucal recetado con propiedades antimicrobianas podría ser la mejor opción.
Por ejemplo, si sufrís una enfermedad de las encías, el odontólogo puede recetarte un enjuague bucal con clorhexidina, que es un agente antiséptico que ayuda a controlar la placa y la gingivitis, según la Asociación Dental Americana (American Dental Association). Como señala la Mayo Clinic, la clorhexidina destruye las bacterias responsables de la enfermedad de las encías.
Aunque no estés preocupado por la enfermedad gingival, podés beneficiarte del uso de enjuague bucal. Como describe la ADA, el enjuague bucal ayuda a mejorar la respiración y reducir el riesgo de caries.
Si tenés una preocupación concreta, como reducir la placa, combatir las caries o refrescar el aliento en general, pedile recomendación al odontólogo sobre qué producto puede ayudarte a lograr tus objetivos. También es una buena idea buscar un producto con el sello de la ADA, lo que significa que existe evidencia científica que demuestra tanto su seguridad como su eficacia.
Consejos para usar cualquier tipo de enjuague bucal
Tanto si el odontólogo te receta un enjuague bucal como si usás un producto de venta libre etiquetado como "antibacterial" o "antiséptico", hay varias cosas que hay que tener en cuenta. El enjuague bucal no está pensado para reemplazar el cepillado y el hilo dental, así que seguí cepillándote los dientes al menos dos veces al día y usá hilo dental a diario. La ADA asegura que se puede usar el enjuague bucal antes o después del cepillado (según las instrucciones), pero nunca sustituir al cepillado.
Otra cosa que hay recordar es seguir las instrucciones que figuran en el frasco del enjuague bucal o facilitadas por el odontólogo. Verás un mayor beneficio si usás el enjuague bucal, del tipo que sea, exactamente como se le indica.