Mujer tocandose la garganta
Badge field

Amígdalas y adenoides: ¿Cuál es la diferencia?

Published date field

Cuando decimos "sistema inmunológico", lo primero que suele venirnos a la cabeza es cuando tenemos que combatir un molesto resfriado. Además, seguramente habrá escuchado los consejos de siempre: beber muchos líquidos, dormir bien y, por supuesto, tomar vitamina C. Pero ¿cómo funciona el sistema inmunológico en realidad? Desde la perspectiva del cuidado bucal, tanto las amígdalas como las adenoides juegan un papel clave para mantenernos sanos.

Las amígdalas y las adenoides:

Ubicación y funciones

De acuerdo con la Academia Americana de Otorrinolaringología, las amígdalas, también llamadas ganglios linfáticos, se ven como dos bultos redondos que se encuentran en la parte trasera de la garganta. Las adenoides son glándulas que se encuentran en la parte alta de la garganta, entre la nariz y el paladar suave (es decir, la parte posterior del paladar). Ninguna de las dos se ve a simple vista a través de la boca o la nariz. Las amígdalas y las adenoides son como los ganglios linfáticos que se encuentran en el cuello, las axilas y la ingle.

Las bacterias entran al cuerpo por la boca y por la nariz, donde se encuentran con las amígdalas y las adenoides: la primera línea de defensa del sistema inmunológico. Debido a que ambas combaten infecciones, también pueden infectarse y aumentar de tamaño.

Amigdalitis

La Mayo Clinic define la amigdalitis como una inflamación de las amígdalas que suele ser causada por un virus, pero que también puede ser de origen bacteriano. Puede afectar a niños desde los 5 hasta los 15 años, aproximadamente. No es frecuente que se presente en adultos, ya que la función de la amígdala en el sistema inmunológico disminuye después de la pubertad. Tiene varios síntomas, que incluyen enrojecimiento e inflamación, puntos blancos o amarillos en las amígdalas, fiebre, dolor de garganta, dificultad para tragar y dolor o inflamación de los ganglios linfáticos en el cuello.

Amigdalectomía

Si usted experimenta dificultad para respirar al dormir debido a un agrandamiento de las amígdalas o si le causan infecciones crónicas de la garganta, puede que la mejor opción sea una amigdalectomía, explica la Clínica de Cleveland. El procedimiento se realiza con anestesia general y solo tarda de 20 a 30 minutos. El dolor y la inflamación durante el período de recuperación pueden persistir durante hasta dos semanas.

Agrandamiento de las adenoides

Debido a que las adenoides atrapan a los microbios que entran al cuerpo, pueden inflamarse al combatir una infección, informa la Fundación Nemours. Esta inflamación puede desaparecer por sí misma, pero a veces las adenoides mismas se pueden infectar. Su médico podría recomendarle una cirugía como solución si la infección se vuelve crónica.

Las adenoides funcionan de manera sobresaliente para el combate de infecciones en bebés y niños pequeños. A medida que los niños crecen, sus cuerpos desarrollan otros métodos para combatir los microbios, lo que reduce la importancia de las adenoides. Debido a esto, las adenoides disminuyen de tamaño a partir de los 5 años. Para cuando los niños cumplen los 13 años, prácticamente desaparecen.

Acuda al médico si su hijo presenta agrandamiento de las adenoides. Los síntomas incluyen dificultad para respirar a través de la nariz o respirar constantemente a través de la boca o roncar. En el caso de niños en edad escolar, también se presentan infecciones del oído medio o líquido en los oídos, así como problemas sinusales frecuentes. Aunque no siempre es el caso, las amígdalas y las adenoides pueden aumentar de tamaño al mismo tiempo.

Adenoamigdalectomía

La Clínica de Cleveland señala que la extirpación de las glándulas adenoides se conoce como adenoamigdalectomía. Su médico podría recomendarle una adenoamigdalectomía a su hijo si el agrandamiento de las adenoides está bloqueando parcialmente las vías de respiración y causándole problemas para respirar. Estos problemas de respiración también pueden resultar en apnea del sueño e infecciones crónicas del oído, además de provocar un agrandamiento de las amígdalas.

Un otorrinolaringólogo puede realizar el procedimiento de forma ambulatoria y con anestesia general. Los efectos secundarios de la cirugía son dolor de garganta, mal aliento y dolor de oídos.

Si tiene dudas acerca de la salud bucal de su hijo, no dude en programar una cita con el dentista. Los problemas que implican a las amígdalas y las adenoides podrían requerir de una visita al otorrinolaringólogo.

La finalidad de este artículo es fomentar la comprensión y el conocimiento de temas generales de salud oral. Su propósito no es sustituir la opinión, el diagnóstico o el tratamiento profesionales. Solicita siempre la opinión experta de tu dentista u otro proveedor de salud Calificado y Dile siempre cualquier pregunta que tengas en relación con alguna enfermedad o tratamiento médico.