Mujer con dientes blancos sonriendo

¿Los brackets blancos son la opción correcta para vos?

A veces los brackets tienen una mala reputación, sobre todo entre pacientes adultos. Esto se debe a que los brackets tradicionales de metal son llamativos, lo que puede hacer que te sientas inseguro al sonreír durante el tratamiento.

En la actualidad, existen más tipos de brackets disponibles de los que quizá había cuando eras joven. El color de los brackets blancos hechos de cerámica se pierde junto al color de los dientes, por lo que son menos visibles. Saber más acerca de los brackets cerámicos te ayudará a elegir los que mejor se ajusten a vos y a tu estilo de vida.

¿Qué son los brackets cerámicos?

 

Los brackets tradicionales están hechos de metal. Se sujetan a los dientes y se mantienen en su lugar gracias a unas pequeñas bandas elásticas. Estas bandas están disponibles en muchos colores. Como paciente, podés elegir elásticos blancos para un aspecto más sutil u optar por bandas de colores llamativos. Sin embargo, el metal sigue siendo altamente visible.

Los brackets blancos, por otro lado, están hechos de cerámica, por lo que el único metal visible es el alambre entre los dientes. Los apliques en sí que van adheridos a los dientes son blancos, lo que los hace menos llamativos. Los brackets cerámicos pueden ayudar a que la persona que los usa sonría con mayor confianza durante el tratamiento. Incluso pueden animar a pacientes cuya preocupación es tener la boca llena de metal.

 

Brackets cerámicos o brackets tradicionales de metal

 

Aunque los brackets cerámicos pueden ser una mejor opción para algunos pacientes, elegir los brackets blancos en lugar de los tradicionales de metal no solo es cuestión del color. Ambos tipos tienen sus pros y sus contras, por lo que es importante que hables con tu ortodoncista acerca de cuál es la mejor opción para vos.

Los brackets cerámicos suelen ser más caros que los brackets de metal, por lo que podrían salirse del presupuesto de algunos pacientes. Además, los brackets de metal toleran una mayor presión y movimiento que los brackets cerámicos, por lo que, si necesitás de un mayor grado de corrección, tu ortodoncista te podría recomendar usar los de metal para evitar que el aparato se rompa. Las reparaciones de los brackets de cerámica son más costosas si se llega a romper un aplique o a dañar el aparato. Por ello, tendrás que evaluar qué te es más importante: llevar unos brackets más sutiles a la vista o los costos asociados.

 

Cuidado de los brackets cerámicos

Los brackets cerámicos pueden aumentar tu autoconfianza durante el tratamiento, pero pueden cambiar de color con el tiempo. Cualquier cosa que mancha los dientes naturales también puede manchar los brackets blancos, por lo que tenés que tener cuidado al consumir bebidas como vino tinto, café o té y alimentos como salsa de tomate o curry.

Al igual que en el caso de los brackets tradicionales, también tendrás que evitar cualquier alimento pegajoso o duro que pueda quedarse atorado en los alambres o hacer que se rompa un aplique. Cepillarse los dientes después de cada comida previene la aparición de caries y manchas, pero recordá evitar usar tratamientos blanqueadores. No solo no tienen ningún efecto sobre los brackets cerámicos sino que pueden llegar a dañar el material o hacer que se decolore, señala Healthfully.

La Asociación Americana de Ortodoncistas (American Association of Orthodontists) indica que, en promedio, un tratamiento con brackets dura 22 meses. Si los brackets metálicos hacen que te sientas inseguro o insegura, ese periodo de tiempo te puede parecer muy largo. Los brackets blancos ayudan a que el proceso sea menos notorio, lo que los vuelve una excelente opción para el tratamiento de adultos (al igual que para niñas, niños o adolescentes renuentes). Hablar con tu ortodoncista acerca de las opciones y el plan de tratamiento te ayudará a decidir si los brackets cerámicos son la mejor opción para vos.

La finalidad de este artículo es fomentar la comprensión y el conocimiento de temas generales de salud oral. Su propósito no es sustituir la opinión, el diagnóstico o el tratamiento profesionales. Solicita siempre la opinión experta de tu dentista u otro proveedor de salud calificado y consúltales cualquier pregunta que tengas en relación con alguna enfermedad o tratamiento médico.