Los piercings linguales pueden ser una forma divertida de autoexpresión e individualidad. Pero si te planteás hacerte un piercing lingual, hablá con el dentista e infórmate sobre los riesgos. Como cualquier piercing, existe riesgo de infección, pero cuando se trata de la salud bucal, los efectos a largo plazo pueden extenderse a los dientes, encías y otras partes de la boca. Aprendé qué son los piercings linguales, qué podes esperar, los riesgos y cómo cuidarlos.
¿Los piercings linguales son malos para los dientes?
¿Qué son los piercings linguales?
Un piercing lingual es un tipo de piercing que se coloca directamente en la lengua. Curiosamente, los piercings orales tienen orígenes remotos en el tiempo como formas de modificación corporal y autoexpresión. De hecho, la joyería oral y la ornamentación dental existen en las culturas de todo el mundo, desde la antigua civilización maya hasta la actual Centroamérica. En la actualidad existen otros adornos orales decorativos, como gemas dentales, "grills" y coronas de oro. Aún así, el piercing lingual se considera el tipo más habitual de piercing oral. Este tipo de piercing se clasifica como "intraoral", lo que significa que ambos extremos de la joyería residen en la boca (mientras que "perioral" significa un piercing oral que tiene un extremo en la boca y otro que penetra en la superficie de la piel).
Tipos de piercings linguales
Se puede elegir entre varias opciones de piercings. Muchos eligen un "stud", que en su forma más básica es una varilla con una esfera de metal en ambos extremos. Otros tipos de piercings linguales, como "barbells", aros y aretes, están hechos de metales como acero inoxidable, oro y titanio.
Los aros linguales se refieren a un aro que se inserta a través del frenillo lingual, un filamento que conecta la parte inferior de la lengua con el piso de la boca.
Llegados a este punto, puede que te preguntes: ¿Los piercings linguales estropean los dientes? ¿Los piercings linguales son malos para los dientes? ¿Cómo puedo prevenir el daño dental con un piercing lingual? Seguí leyendo para conocer los riesgos asociados a los piercings linguales y cómo minimizarlos.
Riesgos y problemas de salud bucal asociados a los piercings linguales
La idea de hacerse un piercing o tatuaje puede resultar estimulante. Antes de comprometerse, conocé los riesgos asociados a cualquier piercing:
- Reacciones alérgicas
- Complicaciones orales, como dientes astillados o agrietados, daño en las encías o hinchazón en la lengua (que pueden afectar a la masticación, la deglución y la respiración)
- Dolor e hinchazón los primeros días después de la intervención
- Infecciones en la piel que pueden causar enrojecimiento y dolor
- Otros problemas cutáneos, como cicatrices
- Enfermedades de transmisión sanguínea como hepatitis B, hepatitis C y VIH
- Desgarro o traumatismo por joyas arrancadas accidentalmente
Estos riesgos pueden sonar aterradores, pero las complicaciones del piercing oral son relativamente habituales, por lo que es conveniente conocer todos sus efectos en la salud bucal. Por suerte, los odontólogos también suelen tratar a los pacientes con piercings orales, así que hablá con el odontólogo antes de decidir seguir adelante.
Agrietamiento, astillado y caries
Cuando uno se perfora la lengua por primera vez, las joyas pueden impactar en los dientes al hablar, comer o incluso morder. Este hábito puede dañar las encías y provocar dientes agrietados, rascados o sensibles. También puede dañar los empastes. Seguramente quieras unos aros o piercings linguales que no dañen los dientes, pero tenés que saber que todos suponen un riesgo para la boca. Si deseás evitar daños en los dientes con un piercing lingual, hablá con el odontólogo sobre las formas de reducir este hábito, así como sobre las posibles coberturas del piercing. Más allá de la posibilidad de agrietarse o astillarse, las joyas también pueden acumular placa ya que atrapan los alimentos y desechos, lo que puede provocar caries.
Infecciones bacterianas
Debido a su naturaleza húmeda, la boca es ideal para que las bacterias crezcan y vivan en ella. Esto supone un riesgo de infección, especialmente si se hace una incisión y se introducen joyas. Un piercing infectado podría poner en peligro la vida, ya que la lengua podría hincharse y bloquear las vías respiratorias.
Daño en el nervio
A veces, la lengua puede quedarse adormecida después de perforarse, lo que podría deberse a un daño temporal en el nervio. Sin embargo, en algunos casos, el daño es permanente, lo que puede afectar el sentido del gusto y el movimiento de la boca.
Cómo evitar problemas y cuidar el piercing
Un piercing lingual siempre supone un riesgo para los dientes, pero se pueden aplicar hábitos saludables para evitar esos problemas bucales. Consultá estos consejos sobre cómo cuidar un piercing.
- Cepillate dos veces al día con pasta dental con flúor y un cepillo de cerdas suaves.
- Usá hilo dental a diario o un limpiador interdental.
- Usá un enjuague bucal sin alcohol durante y después del período de cicatrización.
- Mantené limpia la zona del piercing, evitá jugar con las joyas y detectá posibles signos de infección, como hinchazón, dolor, sensibilidad o secreción. Comunicate con el odontólogo de inmediato si observás algún signo de infección.
- Quitate las joyas si participás en algún deporte de contacto y usá un protector bucal.
- Con las manos limpias, comprobá el ajuste de las joyas, ya que podrías ahogarte con las joyas sueltas o desprendidas.
Pese a que un piercing pueda satisfacer una necesidad de autoexpresión, la Asociación Dental Americana lo desaconseja, ya que los riesgos para la salud bucal superan los beneficios. En conclusión, si tenés un piercing o querés hacerte uno, contactate con el odontólogo para ayudar a mantener una salud bucal óptima.
La finalidad de este artículo es fomentar la comprensión y el conocimiento de temas generales de salud oral. Su propósito no es sustituir la opinión, el diagnóstico o el tratamiento profesionales. Solicita siempre la opinión experta de tu dentista u otro proveedor de salud calificado y consúltales cualquier pregunta que tengas en relación con alguna enfermedad o tratamiento médico.