Cuando descubrís que tenés un problema bucal como las encías retraídas, podés entrar en shock. Al fin y al cabo, te cepillás los dientes con regularidad y no notaste ningún dolor intenso en tu día a día. Sin embargo, se trata de una dolencia común que puede deberse a diversos factores, muchos de ellos fuera de tu control. Como el tejido de las encías no puede volver a crecer por sí solo, el único remedio es la cirugía de injerto gingival. Sin embargo, es posible que quieras evitar el tratamiento por miedo al dolor del injerto de encías. Es comprensible, ya que probablemente confiás en el cuidado constante que le diste a tus dientes y encías. Pero si tu odontólogo te recomienda un injerto gingival, es esencial que comprendas que puede no deberse a un problema con tu cuidado o salud bucal. Lo importante es que te familiarices con la intervención y planifiques con tu odontólogo cómo mitigar el dolor durante y después del procedimiento, de modo que te sientas seguro y preparado.
Dolor del injerto de encía: qué esperar y cómo aliviar el dolor
Factores de riesgo de las encías retraídas
Una higiene bucal inadecuada, los cambios hormonales, la diabetes y otras enfermedades pueden aumentar el riesgo de enfermedad de las encías y provocar su recesión. Aunque muchas personas que tienen encías retraídas las desarrollan debido a la enfermedad periodontal, la recesión también puede producirse por antecedentes familiares o a los genes. Por ejemplo, ¿sabías que algunas personas tienen por naturaleza un tejido gingival más débil que otras? El Colegio de Odontólogos de Entre Ríos informa otro factor de riesgo importante. Afirman que los fumadores tienen el doble de probabilidades de desarrollar enfermedad de las encías que las personas que no fuman. La mayoría de los productos de tabaco pueden aumentar el riesgo en este sentido. Así que la recesión de las encías es otra razón para dejar este hábito.
Entre otros factores de riesgo de la recesión de las encías, se encuentran el cepillado agresivo o inadecuado, la fuerza extrema ejercida sobre los dientes al rechinarlos o apretarlos y la presión inusual provocada por los dientes desalineados. Además, tené en cuenta que los piercings en la lengua y los labios pueden rozar e irritar las encías, desgastando el tejido.
Por qué son importantes los injertos gingivales
Los injertos gingivales sirven para detener el proceso de recesión de las encías y la pérdida de hueso. También pueden reducir la sensibilidad dental, proteger las raíces de la caries y proporcionar una línea de encía más uniforme. Una vez que el tejido de las encías ha retrocedido, la mayoría de las personas notan la diferencia de color entre las raíces y el esmalte dental. Las superficies radiculares también son más blandas que el esmalte, por lo que cuando no están protegidas por el tejido gingival, corren el riesgo de sufrir caries radicular. A menos que se realice un injerto gingival, la recesión puede empeorar, con la posibilidad de perder el diente. Veamos qué podés esperar de un injerto gingival y los consejos para que el postoperatorio sea lo menos doloroso posible.
Tipos de injerto gingival
Normalmente, será un periodoncista quien realice el injerto gingival. Se trata de un odontólogo que trata las afecciones de las encías y el hueso que las sostiene.
Según el caso, el odontólogo realizará uno de los siguientes tres injertos:
- Injerto de tejido conectivo. Este es el tipo de injerto más común y suele hacerse para muchas zonas de recesión. El odontólogo tomará tejido conjuntivo subyacente de un colgajo realizado en el paladar y lo suturará sobre las raíces expuestas.
- Injerto gingival libre. Supongamos que tenés un tejido gingival frágil que necesita ser reforzado. En ese caso, tu odontólogo puede tomar una pequeña sección de tejido del paladar y unirla al tejido gingival existente alrededor del diente. El odontólogo puede utilizar tejido humano liofilizado de otra procedencia para evitar dos sitios quirúrgicos o cuando necesites una gran cantidad de tejido.
- Injerto pedicular. Este procedimiento utiliza tejido gingival próximo a las raíces expuestas. Solo es posible si el tejido es grueso y sano. Tu odontólogo cortará una pequeña sección de tejido sano, lo girará y lo suturará en su posición sobre las raíces.
Dependiendo de tu situación, podés necesitar un procedimiento alternativo al injerto gingival o de otro tipo junto a este. Entre ellos se incluyen la regeneración, el raspado y el alisado radicular, y el contorneado de encías.
Control del dolor durante el procedimiento de injerto gingival
Ya sea que necesites un injerto para uno o varios dientes, tu odontólogo evitará que sientas dolor durante el procedimiento al adormecer las zonas quirúrgicas con anestesia local. Una vez finalizada la intervención, colocará un apósito sobre la zona del injerto para protegerla durante el período de cicatrización. Sin embargo, una vez en casa y pasado el efecto de la anestesia, vas a sentir algunas molestias e hinchazón durante unos días. Pero no te preocupés, tu odontólogo va a recetarte analgésicos para cualquier dolor que puedas tener después del injerto gingival y posiblemente un antibiótico para prevenir infecciones.
Control del dolor después del procedimiento de injerto gingival
Para reducir al mínimo el dolor de la cirugía de injerto gingival y evitar complicaciones innecesarias, te recomendamos seguir las siguientes instrucciones posquirúrgicas.
- En caso de sangrado, colocá una gasa de cada lado de la zona donde se realizó la cirugía, pero no por encima.
- Evitá realizar actividades físicas durante las primeras 24 horas después de la cirugía.
- Evitá tirar de los labios para ver la herida. Mantené la lengua alejada de la zona y no retirés el apósito.
- Evitá los alimentos y bebidas calientes durante un par de días y solo comé alimentos blandos y líquidos durante la primera semana. Cuando vuelvas a tu dieta habitual, tené cuidado al masticar cerca de la zona.
- No te cepillés ni te enjuagués la boca el día de la cirugía.
- Pasadas las primeras 24 horas después de la cirugía, usá un enjuague bucal para eliminar las bacterias.
- Cuando vuelvas a cepillarte los dientes, no lo hagas cerca de la zona del injerto durante un mes. Después de este período, hacé movimientos delicados con un cepillo de dientes bien suave.
Recuperación y cicatrización del injerto gingival
Otro dato que te ayudará a tranquilizarte es que el proceso de recuperación tras un injerto gingival suele ser corto. Es normal sentir algo de dolor en la zona operada durante un día posteriormente. Pero lo más probable es que te sientas lo suficientemente bien como para retomar las actividades habituales a los pocos días de la intervención. Aun así, tenés que prestar mucha atención a lo que comés. Los alimentos blandos, como el puré de verduras y papillas, suelen ser la mejor opción. Para no irritar ni inflamar el injerto en proceso de cicatrización y mantener la boca limpia, es posible que tu odontólogo o periodoncista te recete un enjuague bucal especial. Este enjuague te ayudará a eliminar las bacterias mientras esperás para reanudar tu régimen habitual de cepillado y uso del hilo dental (también conocido como limpieza interdental).
Tu odontólogo puede ser el primero en notar un área de recesión gingival al examinar tus dientes. Es una razón más para ser cuidadoso a la hora de programar los turnos regulares de revisión y limpieza. Si rechinás los dientes por la noche, preguntale a tu odontólogo si puede indicarte un protector bucal que te ayude a abandonar el hábito y consultale sobre las opciones para corregir tu sonrisa en caso de tener algún diente desalineado. Por último, si prestás atención a los primeros signos de la enfermedad de las encías, podrás detectar las infecciones antes de que requerir atención profesional. Los primeros síntomas son encías inflamadas que sangran con facilidad y mal aliento persistente.
Prevenir la recesión de las encías es mucho más fácil y menos costoso que tratarla. Por lo tanto, si no seguiste una buena rutina de cuidado oral en casa o faltaste a un turno reciente con el odontólogo, ¡es hora de ponerse en marcha! Llamá a tu odontólogo a la primera señal de un problema periodontal. Si recibís un diagnóstico de recesión de encías y le tenés miedo al dolor del injerto de encías, no te sientas mal. Hablá con tu odontólogo sobre cómo controlarán tu dolor durante y después de la cirugía. Tener un plan y confianza en que tendrás una sonrisa más sana y atractiva después de la cirugía te ayudarán a que este procedimiento transcurra sin problemas.
La finalidad de este artículo es fomentar la comprensión y el conocimiento de temas generales de salud oral. Su propósito no es sustituir la opinión, el diagnóstico o el tratamiento profesionales. Solicita siempre la opinión experta de tu dentista u otro proveedor de salud Calificado y Dile siempre cualquier pregunta que tengas en relación con alguna enfermedad o tratamiento médico.