Si recientemente ha tenido la desafortunada experiencia de quebrarse un diente o sufrir una caries avanzada, usted conoce bien el pánico de pensar que ha arruinado su hermosa sonrisa. ¡Pero no tema! Existen soluciones prácticas y fácilmente disponibles para reparar los dientes dañados. Una opción frecuente es la aplicación de una corona. Si su profesional de la salud dental le ha comentado que un diente con corona de oro puede solucionar su necesidad dental específica, es probable que le surjan varias preguntas. Repasemos qué es una corona de oro, los motivos para aplicarla y su historia única.
Información e historia de la corona dental de oro
¿Qué es una corona?
Una corona de oro, también conocida como "funda de oro", es un dispositivo protésico que se coloca sobre un diente roto para reforzarlo y mejorar su aspecto. Si su profesional de la salud dental ha elegido un material con un color semejante al de su diente ya existente, ¡costará notar la diferencia! Las coronas se cementan sobre los dientes para asegurar que permanezcan en su lugar, y solo una persona capacitada las puede extraer.
Motivos para aplicar una corona
Algunos de los motivos habituales por los que hay que aplicar una corona son:
- Para evitar que un diente debilitado se fracture.
- Para restaurar un diente ya agrietado.
- Para sustituir un diente del que solo queda una pequeña parte.
- Para cubrir una endodoncia, un implante dental o un diente descolorido.
Como cualquier procedimiento dental, existen algunos efectos secundarios menores o sensaciones incómodas a los que usted se acostumbrará en unos días. Como señala la Clínica Cleveland (Cleveland Clinic), hay algunos efectos secundarios o problemas dentales que pueden surgir después de la aplicación de una corona: sensibilidad temporal alrededor de la corona, que la corona se afloje o se astille, una línea oscura junto a la línea gingival del diente en cuestión o una reacción alérgica al metal (en casos raros).
Coronas de oro
Aunque se llama corona de oro, en realidad es una combinación de oro, cobre y otros metales. Además de la sonrisa única que usted lucirá al terminar, las coronas dentales de oro aportan varios beneficios. Algunos de ellos son los siguientes:
- Buen sellado para prevenir fugas y caries recurrentes en los dientes.
- Alta resistencia a la corrosión, la rotura y el desgaste debido al tipo de material.
- La porción del diente sano que necesita extraerse para su colocación es mínima gracias a la resistencia de los metales.
- Es muy resistente al desgaste y, al mismo tiempo, suave con los dientes adyacentes.
- Tiene una alta compatibilidad con el tejido gingival.
¿Sabía que existen cinco principales tipos de materiales para las coronas dentales? La Clínica Cleveland (Cleveland Clinic) los identifica como metálicos (incluyendo el oro, el níquel, el paladio y el cromo), de porcelana o con una combinación de porcelana y metal, de resina y de cerámica. Hay otros materiales que han ido ganando popularidad, pero el oro se sigue usando. Una de las principales razones por las que su profesional de la salud dental puede elegir una corona de oro es su durabilidad. Él o ella le recomendará el tipo de corona adecuado para usted y le comentará las ventajas y los inconvenientes de cada uno. Además, le dirá qué es lo mejor para usted en función del daño del diente, así como de su estilo de vida, su presupuesto y sus preferencias personales.
Historia de las coronas de oro
La fabricación de aparatos y accesorios dentales es una práctica que data de hace muchos años. Las decoraciones u ornamentos de dientes de oro se remontan a hace 4,000 años en el sudeste asiático, según el artículo académico titulado Gold Work, Filing and Blackened Teeth: Dental Modifications in Luzon. Las modificaciones dentales, ya sea con oro, ennegreciéndolos o limándolos, eran una forma de embellecerse y demostrar estatus. En Luzon, una isla de las Filipinas, los primeros vestigios de dientes de oro se remontan a los siglos XIV y XV.
Las aplicaciones dentales de oro han sido usadas como símbolo de estatus en muchos momentos, por lo que no es de extrañar que su historia sea tan larga. En el ámbito de la arqueología también se han encontrado aplicaciones dentales de oro en restos de la población etrusca de Italia que datan del 630 a.n.e., que se interpretaron como algunas de las primeras formas de puentes y dientes de sustitución.
Tanto si usted ya tiene una corona como si nunca ha necesitado una intervención dental importante, mantener saludables sus dientes y sus encías siempre debe ser una prioridad. Esto incluye las revisiones odontológicas periódicas. Éstas son una excelente fuente de información, ya que en ellas pueden brindarle explicaciones acerca de las técnicas adecuadas de cepillado e identificar cualquier caries incipiente. ¡El resto depende de usted! Sea diligente con su rutina diaria de cuidado bucal. Cepíllese los dientes dos veces al día, limpie los espacios entre sus dientes una vez al día con hilo dental, un utensilio de limpieza interdental o un irrigador dental, y complemente su rutina de higiene con un enjuague bucal. A veces, aún así suceden cosas, ¡y acaba siendo imprescindible recurrir a una corona! Hablar con su profesional de la salud dental sobre las opciones de coronas dentales disponibles y por qué una corona de oro podría ser ideal para usted debería ayudar a tranquilizarle.
La finalidad de este artículo es fomentar la comprensión y el conocimiento de temas generales de salud oral. Su propósito no es sustituir la opinión, el diagnóstico o el tratamiento profesionales. Solicita siempre la opinión experta de tu dentista u otro proveedor de salud Calificado y Dile siempre cualquier pregunta que tengas en relación con alguna enfermedad o tratamiento médico.