Joven con dolor de estómago
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Reflujo ácido y complicaciones en los dientes

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Llevás a tu hijo a su visita periódica con el odontólogo esperando que todo esté bien y en su lugar, descubrís que tiene dientes con caries avanzada que se traducirá en un costoso tratamiento dental. Cepillás los dientes de tu hijo y lo alimentás bien. ¿Cómo ha podido suceder algo así?

La respuesta puede ser el reflujo ácido. Los estudios clínicos indican que los niños con reflujo tienen muchas más probabilidades de sufrir un deterioro del esmalte que los niños sanos.

A medida que crecen, los medicamentos para el reflujo infantil pueden dejar de funcionar. Muchos niños dejan de tomarlos al cumplir el año, justo con la aparición de la dentición. Pero algunos niños más grandes siguen con problemas de reflujo. Por suerte, podés seguir algunos pasos para minimizar las consecuencias del reflujo ácido.

Visitar al odontólogo pronto y con frecuencia

Si tu hijo ya tiene un historial de reflujo, asegurate de ir al odontólogo tan pronto como tenga los dientes. Un buen odontooediatra puede detectar los daños del reflujo en las etapas iniciales y ayudar a elaborar un plan de tratamiento. Algunos niños con reflujo ácido severo necesitarán visitas trimestrales en lugar de semestrales. Si hay riesgo de daños de reflujo ácido, es mucho más rentable prevenir que esperar a una crisis.

Dos, cuatro, seis, ocho: ¡el flúor es obligado!

Si, todos los niños necesitan flúor. Es especialmente importante para los niños con reflujo ácido. Como sus dientes están en permanente riesgo, necesitan la protección adicional del flúor. Si es posible, animá a tu hijo a tomar agua fluorada. Así recibirá un aporte de flúor a lo largo del día. Si tenés un pozo o usás un filtro de agua que elimina el flúor del agua, hablá con el odontólogo o pediatra. Puede prescribirte fluoruro líquido o cápsulas de flúor.

Vigilar la alimentación

En el caso de los niños con reflujo, no basta con evitar las bebidas azucaradas y los bocadillos. Si querés proteger los dientes de tu hijo, tenés que reducir el flujo de ácido hacia la boca. Evitá los típicos alimentos que provocan el reflujo, como tomates y frutas ácidas. Observá el horario de comida de tu hijo; evitá los alimentos justo antes de la hora de descansar o acostarse. Finalmente, hablá con el pediatra para asegurarte de hacer todo lo posible para controlar el reflujo.

Los dientes de leche son importantes. Ayudan a que tu hijo reciba una nutrición adecuada y allanan el camino para los dientes permanentes. Si tu hijo tiene reflujo ácido, tenés que multiplicar su cuidado dental. Lo que hagas hoy podría afectar a su salud bucal mañana.

 

La finalidad de este artículo es fomentar la comprensión y el conocimiento de temas generales de salud oral. Su propósito no es sustituir la opinión, el diagnóstico o el tratamiento profesionales. Solicita siempre la opinión experta de tu dentista u otro proveedor de salud Calificado y Dile siempre cualquier pregunta que tengas en relación con alguna enfermedad o tratamiento médico.