A man using a mouthwash in a bathroom

Problemas con los cálculos amigdalinos y el mal aliento

Published date field
Published date field
Published date field
Published date field
Published date field Última actualización:

Revisión médica realizada por Colgate Global Scientific Communications Colgate Global Scientific Communications

Cuando pensamos en el mal aliento, solemos creer que se origina en la boca. Sin embargo, el verdadero problema podría estar en la parte posterior de la garganta, concretamente en las amígdalas, en forma de cálculos amigdalinos.. Es poco frecuente tener cálculos amigdalinos y aún menos frecuente padecer problemas graves a causa de ellos, así que no se preocupe. Estamos aquí para ayudarlo a entender qué son los cálculos amigdalinos y qué puede hacer al respecto.

Cuáles son las causas de los cálculos amigdalinos

En primer lugar, ¿dónde se encuentran las amígdalas? Basta con mirarse en un espejo (o en un teléfono con cámara), abrir la boca y decir "ah" como si estuviera en el consultorio del médico. Debería tener una gran vista de la parte posterior de la garganta, con dos glándulas llamadas amígdalas situadas a ambos lados. 

Sorprendentemente, las amígdalas forman parte del sistema de defensa de su organismo. Ayudan al sistema inmunitario evitando que virus y bacterias no deseados entren en su organismo a través de la boca y la garganta. La misma capa de mucosa que protege la boca recubre las amígdalas para ayudarlas a realizar su trabajo.

Alrededor de las amígdalas hay fosas y criptas (pequeñas hendiduras) que a veces se obstruyen con bacterias, alimentos, minerales (como el calcio) u otros materiales. Si estos materiales se atascan y se endurecen o calcifican, pueden convertirse en un cálculo amigdalino, también conocido como amigdalolito.

 Los cálculos amigdalinos son pequeños y redondos, no suelen medir más de 3 mm de diámetro y son de color blanquecino o amarillo. Es posible que pueda ver los cálculos cuando mire la parte posterior de su garganta, o puede que los sienta en la boca cuando son expulsados de las amígdalas. Puede que solo tenga uno, o puede que tenga varios. 

Algunas personas son más propensas a presentar cálculos amigdalinos que otras. Si padece infecciones frecuentes de las amígdalas (amigdalitis), deshidratación o criptas amigdalinas grandes, su riesgo es mayor. Los cálculos amigdalinos también son más frecuentes en los adolescentes. 

¿Son los cálculos amigdalinos la causa de su mal aliento?

El mal aliento, también llamado halitosis es la queja más frecuente de quienes padecen cálculos amigdalinos.

Los cálculos amigdalinos huelen mal para algunas personas, pero otras no notan ningún síntoma. Algunas personas pueden no tener nunca un cálculo amigdalino, mientras que otras pueden tener varios a la semana sin problemas. En la mayoría de los casos, no son preocupantes para su salud. 

Recuerde que el hecho de que tenga mal aliento no significa que tenga cálculos amigdalinos. Existen muchas causas del mal aliento, y las cálculos amigdalinos se encuentran entre los motivos menos probables.

Otros problemas de los cálculos amigdalinos

Los cálculos amigdalinos pueden ser irritantes si los siente, pero suelen ser inofensivos. Sin embargo, en algunas personas, las cálculos amigdalinos pueden provocar dolor de garganta, inflamación o incluso dificultad para tragar.

Los cálculos varían de tamaño, desde apenas perceptibles hasta de varios centímetros. Cuanto más pequeños sean, menos probabilidades tendrán de causar problemas. Los médicos incluso llegaron a extraer un cálculo amigdalino que medía 3.1 x 2.3 cm de un hombre de 45 años. Es muy poco probable que los suyos sean ni por asomo así de grandes, ¡así que no se preocupe!

Si presenta algún síntoma grave, asegúrese de consultar a un médico.

Cómo eliminar los cálculos amigdalinos

Sabemos que las cálculos amigdalinos pueden ser molestos, pero recuerde que suelen ser inofensivos y no requieren tratamiento en la mayoría de los casos. No obstante, si desea deshacerse de sus cálculos amigdalinos, ¡le cubrimos las espaldas! Pruebe lo siguiente:

  • Haga gárgaras de agua tibia con sal. Esto puede ayudar tanto a aliviar las molestias como a desalojar los cálculos.
  • Apuntar con un irrigador bucal a los cálculos amigdalinos para desalojarlos.
  • Toser enérgicamente para intentar expulsar los cálculos.
  • Utilice un hisopo de algodón limpio para empujar la piedra hacia fuera.

Si sus amígdalas están doloridas, inflamadas o infectadas, es mejor que se limite al agua salada y evite tocarlas en absoluto, incluso con el irrigador bucal. En su lugar, acuda a su médico para que compruebe si tiene amigdalitis y trate primero cualquier infección. Utilice enjuague bucal para ayudar a controlar el mal aliento, y siga estos consejos para prevenir los cálculos amigdalinos en el futuro:

  • Cepíllese dos veces al día y use hilo dental una vez al día para minimizar las bacterias.
  • Evite fumar cigarrillos o consumir otros productos de tabaco
  • Manténgase hidratado.

Extirpación de los cálculos amigdalinos 

Lamentablemente, los cálculos amigdalinos no desaparecen solos. Si le molestan los cálculos amigdalinos y no puede quitarlos usted mismo, su dentista o su médico pueden extraerlos por usted. En el caso de cálculos más grandes, su médico puede recomendar la extirpación quirúrgica. 

La única forma de detener permanentemente los cálculos amigdalinos es la extirpación de las propias amígdalas. Es probable que su médico solo se lo recomiende si sus cálculos son grandes, persistentes, dolorosos o afectan a su capacidad para comer, hablar o respirar. 

La cirugía para extirpar las amígdalas se denomina amigdalectomía. Se realiza con anestesia general y consiste en quemar o cortar el tejido amigdalino y extraerlo a través de la boca. 

Una amigdalectomía es una operación de rutina muy corta que normalmente solo requiere pasar una noche en el hospital. Las complicaciones son infrecuentes, pero pueden incluir hemorragias e infecciones. No necesitará puntos para cerrar ninguna herida, por lo que no tendrá que volver para que le quiten los puntos como podría ocurrir después de otras cirugías.

La recuperación de una amigdalectomía es bastante rápida y debería volver a sus actividades normales en aproximadamente una semana. Es probable que tenga dolor de garganta y algunas molestias en los días posteriores, pero normalmente esto puede controlarse fácilmente con analgésicos sin receta. Se le aconsejará que coma alimentos blandos mientras se recupera. 

Anímese porque los cálculos amigdalinos suelen ser inofensivos y a menudo no requieren tratamiento. Pero si sus cálculos amigdalinos le causan molestias extremas, dificultad para respirar o tragar, o cualquier otro síntoma, asegúrese de hablar con un médico. Puede minimizar las posibilidades de padecer este tipo de cálculos con medidas sencillas como practicar una higiene dental adecuada, hacer gárgaras con un enjuague de agua salada y evitar los productos de tabaco. Afortunadamente, estos consejos también lo ayudarán con el mal aliento que pueda padecer.

La finalidad de este artículo es fomentar la comprensión y el conocimiento de temas generales de salud oral. Su propósito no es sustituir la opinión, el diagnóstico o el tratamiento profesionales. Solicita siempre la opinión experta de tu dentista u otro proveedor de salud Calificado y Dile siempre cualquier pregunta que tengas en relación con alguna enfermedad o tratamiento médico.