¿Puede una infección aumentar la presión arterial?
Las infecciones virales y bacterianas, como la faringitis estreptocócica, la neumonía o la gripe, pueden aumentar temporalmente la presión arterial.
Una infección desencadena una respuesta inmunitaria en el organismo, parte de la cual implica la liberación de una oleada de sustancias químicas inflamatorias llamadas citoquinas. Estas sustancias químicas aumentan el calor para matar a los patógenos invasores, razón por la que a menudo se tiene fiebre cuando se está enfermo. Sin embargo, este aumento de la temperatura corporal también acelera el ritmo cardíaco, lo que a su vez aumenta la presión arterial. La presión arterial volverá a la normalidad una vez que se haya recuperado.