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Ayuda con la aversión o fijación oral

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Chupetes, pulgares, juguetes… es perfectamente normal que los bebés se lleven cosas a la boca mientras aprenden sobre este gran mundo nuevo que les rodea. Sin embargo, para algunos pequeños, este comportamiento natural de desarrollo se convierte en una fijación oral. Si esto continúa en la infancia, las fijaciones orales pueden afectar negativamente el desarrollo de los dientes, la mandíbula y el habla de su hijo. Siga leyendo para conocer más sobre cómo se desarrolla la fijación oral, qué es normal y qué no, y cuándo buscar ayuda profesional.

¿Qué es la fijación oral?

Ya sea chupándose el dedo, masticando juguetes o incluso mordiendo a sus hermanos, los bebés y los niños pequeños son conocidos por llevarse cosas a la boca. Lo hacen para explorar el mundo que los rodea, expresar grandes sentimientos que no pueden verbalizar y calmarse a sí mismos cuando están ansiosos. Es una etapa de desarrollo perfectamente natural y normal por la que pasan todos los bebés, y la mayoría la superará a medida que crezca. Sin embargo, algunos bebés y niños pequeños desarrollarán una fijación oral o un compulsión obsesiva por usar la boca que persiste durante la infancia.

Algunos ejemplos de comportamientos de fijación oral incluyen lo siguiente:

  • Chuparse el dedo.
  • Morderse o masticar los labios, la cara interna de las mejillas o los dedos.
  • Masticar o chuparse el pelo.
  • Morderse o comerse las uñas.
  • Apretar o rechinar los dientes.
  • Lamer, chipar o masticar objetos que no son comida.
  • Negarse a dejar de usar el chupete o biberón.
  • Morder a las personas.

¿Cómo se desarrollan las fijaciones orales?

Una fijación oral es un ejemplo de comportamiento autoestimulante o de "estereotipia". Es instintivo para los bebés, que se dejan llevar por reflejos biológicos de supervivencia para buscar y llevarse cosas a la boca. Satisfacer este instinto les resulta calmante, reconfortante y placentero, por lo que aprenden a asociar esta sensación con el estímulo sensorial (llevarse algo a la boca). Por lo tanto, pueden aprender a buscar esta sensación siempre que necesiten calmarse o controlar emociones como la ansiedad, el miedo o el aburrimiento.

A medida que un niño madura, aprende nuevas formas de comunicarse y de controlar sus emociones. Puede utilizar sus palabras para decir a sus mayores lo que necesita, aprender nuevas formas de lidiar con sentimientos importantes y utilizar sus habilidades motrices avanzadas para interactuar con el entorno de formas nuevas y emocionantes. En ese momento, los comportamientos orales tienden a ser menos frecuentes. Sin embargo, si los niños tienen dificultades para desarrollar estas habilidades, pueden, en cambio, recurrir a fijaciones orales familiares para satisfacer sus necesidades. Esto es especialmente común en niños con retrasos en el desarrollo, pero cualquier niño que experimente estrés o ansiedad puede volver a las fijaciones orales de vez en cuando.

¿Cuáles son los efectos negativos de la fijación oral?

Los hábitos de fijación oral que persisten en la primera etapa de la infancia pueden poner a su hijo en riesgo de sufrir diversos problemas. Las preocupaciones inmediatas incluyen el peligro de asfixia y el riesgo de infección por llevarse a la boca objetos potencialmente contaminados. A largo plazo, la fijación oral se asocia con lo siguiente:

  • Dientes torcidos que precisan tratamiento de ortodoncia.
  • Salivación excesiva. 
  • Problemas de espaciado de los dientes permanentes.

  • Impedimentos del habla.
  • Problemas con el desarrollo de la mandíbula.
  • Dificultades de higiene bucal.
  • Dificultades con la expresión verbal y la comunicación.
  • Mañas para comer.
  • Ansiedad de separación.
  • Comportamientos de desarrollo inmaduros, como berrinches.

¿Cómo puede impedir que se desarrollen las fijaciones orales?

No existe una forma fiable de evitar que su hijo desarrolle una fijación oral. Algunos expertos aconsejan destetar a su hijo de chupetes y biberones lo antes posible para evitar que desarrolle una dependencia prolongada. También puede estar atento para detectar posibles fijaciones desde el principio. Por ejemplo, si observa que su hijo pequeño es propenso a mordisquearse el pelo, puede reencauzar el comportamiento siempre que lo vea para evitar que se asiente. Dado que la fijación oral puede ser un comportamiento para calmarse solo, también puede ser útil explorar de forma proactiva formas adecuadas de desarrollo que ayuden a su hijo pequeño a comunicarse y expresar sus emociones de forma saludable.

Tratamiento y ayuda para la fijación oral

Los comportamientos de morder, masticar y chupar son una parte normal del desarrollo infantil, y los niños suelen superar la fijación oral en sus primeros años de vida. Sin embargo, si le preocupa la fijación oral de su hijo, intente identificar los desencadenantes en el entorno que provocan la estereotipia e intente reducir los patrones que conducen a este comportamiento.

Los alimentos masticables son formas positivas de redirigir una fijación oral. Considere refrigerios saludables como los siguientes:

  • Palomitas de maíz
  • Apio
  • Queso en hebras
  • Pasteles de arroz
  • Licuados espesos

La exploración y fijación orales son una parte normal del desarrollo infantil, pero pueden causar problemas duraderos a su hijo si continúan más allá de los años de la primera infancia. Si le preocupa el comportamiento sensorial y la fijación oral de su hijo, busque ayuda profesional. Los pediatras, logopedas y terapeutas ocupacionales disponen de muchos recursos para abordar cualquier comportamiento problemático derivado de la fijación oral.

La finalidad de este artículo es fomentar la comprensión y el conocimiento de temas generales de salud oral. Su propósito no es sustituir la opinión, el diagnóstico o el tratamiento profesionales. Solicita siempre la opinión experta de tu dentista u otro proveedor de salud Calificado y Dile siempre cualquier pregunta que tengas en relación con alguna enfermedad o tratamiento médico.