¿Tu primer hijo? Entonces ya sabés cuántas preguntas se ciernen en torno a tu pequeño. Desde la frecuencia para alimentarlo hasta la elección del asiento de automóvil adecuado. Puede parecer que hay más preguntas que respuestas. Y justo cuando creés que ya tenés todo resuelto, llega la dentición o la primera infección del oído.
Cuando un bebé está inquieto, ¿cómo sabés si es solo la dentición o detrás hay algo más serio? ¿Una infección del oído puede incidir en la salud bucal del bebé? Tené en cuenta cuestiones dentales tan básicas como esta:
¿Es la dentición o una infección del oído?
Una de las razones por las cuales los padres a menudo asocian la dentición a las infecciones del oído es porque los síntomas son muy similares. En ambos casos, uno de los primeros signos es el estado de irritación o inquietud: El bebé parece incómodo, se despierta más a menudo por la noche o se tira de las orejas. Aunque las infecciones del oído y la dentición comparten síntomas, hay algunos que permiten diferenciarlas. La erupción de la dentición tiene lugar en torno a los cuatro meses de vida. La pediatría moderna señala que sus síntomas son leves (como una simple febrícula, si la hay), a diferencia de lo que históricamente se creía al atribuírsele numerosas reacciones, como fiebre, diarrea, convulsiones e incluso trastornos fatales. Las infecciones del oído a menudo se manifiestan con fiebres más altas, secreción nasal y otros síntomas similares al resfriado, además del dolor de oído. Observá el comportamiento de tu bebé para evaluar si la irritación se debe a un problema bucal o una infección del oído.
¿La dentición causa infecciones del oído?
Dado que las infecciones de oído están causadas principalmente por bacterias, no tenés por qué preocuparte cuando adviertas la aparición de esos primeros dientes en la carita de tu bebé. No se ha probado ninguna correlación directa entre erupción dentaria y patologías que en realidad se deben a factores externos como resfriados u otitis. Los síntomas pueden parecer similares, pero son mutuamente excluyentes. Sin embargo, como ambos son problemas de salud frecuentes en el primer año, suelen aparecer combinados.
¿Es por culpa del chupete?
Si tu bebé adora el chupete, tal vez sea el momento de reconsiderar su uso, especialmente por su incidencia en la salud bucal y la de sus oídos. No obstante, se recomienda extremar la higiene porque todo lo que el bebé se ponga en la boca (en especial, el chupete) debe estar limpio y esterilizado para evitar la presencia de gérmenes dañinos. Está bien usar un chupete en los primeros meses de vida, pero es conveniente abandonarlo con los primeros dientes, ya que el chupete puede terminar provocando desalineación dental.
¿Cómo podemos ayudar?
Si el bebé se tira de las orejas, está inquieto o se niega a dormir y comer con regularidad, tendrás que decidir si la culpa es de la infección del oído o de la dentición. Si sospechás de una infección en el oído (con evidentes síntomas similares a los del resfriado), consultá al pediatra. Puede que tu bebé necesite antibióticos para ayudar a combatir la infección.
Si estás seguro de que solo es una cuestión de la dentición, aun así tendrás que tratar el dolor para ayudar a calmar al pequeño. Probá sumergir la esquina de una toallita en agua y congelala para tener un aro de dentición simple y eficaz. Un suave masaje de las encías y arcadas maxilares puede ayudar a aliviar estas dolencias en los bebés de acuerdo a lo que confirman los expertos. Tomá un cepillo dental infantil de cerdas suaves como Colgate® Kids Dr. Rabbit y masajeá las encías con agua o crema dental sin flúor.
En ambos casos, el ibuprofeno se puede usar para reducir la hinchazón y la incomodidad; asegurate simplemente de consultar la dosis en las instrucciones del envase. La dentición y las infecciones del oído son frecuentes en el primer año del bebé, aunque generalmente no están relacionadas. Junto a tu pediatra, podés tratar ambos problemas y lograr una primera infancia feliz y saludable para tu bebé.